Soberbia el nuevo antro gay del Centro Historico

Soberbia se convierte en el lugar que le da un refresh a la zona de bares gay del Centro. Con una mezcla entre maniquíes y art pop, la vida nocturna de República de Cuba tiene una nueva oferta con ritmos que van desde los 80 hasta los 2000, un playlist que se vuelve atractivo para cualquiera que tenga 30 o esté cerca de ese tercer piso.Arturo Álvarez, uno de los fundadores, crea el concepto de Soberbia como una sátira a la tienda de ropa departamental Suburbia —la del lema “Moda para la vida real”—, pero aquí los maniquíes están vestidos como Marilyn Monroe, Lady Gaga y David Bowie, o simplemente presentan una estética psicodélica con luces led a cargo del artista mexicano Gamaliel Islas.

Desde que cruzas la entrada y caminas por el pasillo tornasol, sabes que la batería de tu celular deberá estar bien cargada, porque cada esquina es ideal para sacar selfies y stories. Con referencias a Stanley Kubrick, el concepto del lugar, en general, corre por cuenta del artista plástico Fabián Cháirez.

Aquí suena de todo, desde The Strokes y Pet Shop Boys, hasta cumbiones de La Sonora Dinamita y el neoperreo de Ms Nina. La versatilidad musical es rica y marca una diferencia ante la popularidad de los bares que sólo tocan ritmos urbanos o pop noventero nacional.

A ritmo de los beats, verás el show de bailarines con trajes fetichistas fosforescentes de tiras o látex. Es inevitable pensar en Milla Jovovich diciendo “multipass”, acompañada de un concepto futurista y erótico lleno de contorsiones y coreografías hipnóticas.

Para calmar la sed camina hacia la barra, al fondo de la cual verás ocho maniquíes que simbolizan las iniciales LGBTTTIQ, cada uno de ellos caracterizado según la inicial que tiene. Puedes pedir desde cerveza nacional o un coctel, prueba con el Mayate, hecho con jugo de arándanos, pepino y mezcal.

Con performances que se alejan de los shows de dragas o noches de perreo, Soberbia realza una de las zonas gay más emblemáticas de Ciudad de México, que se caracteriza por no ser pretenciosa y estar abierta para quien se quiera divertir.