Annabelle 3 – Viene a casa, lo bueno, lo malo y lo feo
La muñeca de tus pesadillas regresa a la pantalla grande. Te decimos si vale la pena ver Annabelle 3- Viene a casa en nuestra reseña
Una vez más, Annabelle regresa para asustar a propios y extraños en esta tercera entrega de películas derivadas de El Conjuro (Wan, 2013). En las últimas semanas, la taquilla se ha visto dominada por juguetes: los de Toy Story, la muñeca Annabelle y próximamente Chucky.
¿Qué tantos sustos provoca Annabelle?, ¿cómo se compara con las entregas ateriores? Aquí te lo decimos qué esperar de esta película de terror.
LO BUENO
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Muchos sustos (aunque menos efectivos)
Es complicado no asustarse con esta nueva entrega de Annabelle. El director y guionista Gary Dauberman (escribió las dos entregas anteriores de Annabelle y la muy exitosa IT) conoce a la perfección la saga y los mecanismos del jump scare, así sean los clásicos: iluminación tenue, música silenciosa, un personaje en medio de la oscuridad, etc.
Ambientación
Estamos de regreso en los setenta y se nota en el ambiente, la casa de los Warren no solo es un museo de artículos demoniacos sino que la casa en su totalidad tiene un muy buen diseño de producción, amén de que en los escenarios de terror, todo alrededor está diseñado para que nos espanten: desde una lámpara de colores, un teléfono de dial, hasta la clásica linterna que deja de funcionar.
El público
Lo mejor de este tipo de películas siempre es el público, y en este caso no es la excepción: la gente grita, brinca, ríe, se cubre los ojos. El mejor show lo dan los fans.
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LO MALO
La historia
Estamos ante el clásico escenario de cinta de terror: una serie de gente tonta haciendo cosas tontas. En este caso, los Warren (Vera Farmiga y Patrick Wilson) se les ocurre que es buena idea dejar a su hija en casa, Judy (Mckenna Grace), con su niñera adolescente Mary (Madison Iseman) y su metiche amiga Daniela (Katie Serife) quien no hace caso de las advertencias y va a meterse a la habitación donde los Warren tienen todos sus objetos demoniacos, incluyendo a ya saben qué muñeca. Lo que sigue es de obviedad: una especie de Jumanji (Johnston, 1995) pero en vez de animales aquí son fantasmas.
El mismo truco, una y otra vez
La gran mayoría de los sustos que conecta esta película son jump scares y no están mal hechos pero todos usan la misma técnica (silencio absoluto, personaje en medio de la oscuridad tratando de llegar del punto A al B, aparece fantasma de repente cuando menos te los esperas). Llega un punto es que se vuelve absolutamente predecible.
El ritmo es leeeeentoooo….
Derivado de lo anterior, la película en general es muy lenta porque todos los sustos se basan en el mismo truco de generar tensión. De nuevo: si asusta, pero con la repetición, aburre.
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LO FEO
Técnicamente, esto no es una secuela o precuela, porque todo lo que sucede en esta cinta pasa después del intro de la primera película (El Conjuro) y el inicio de la trama principal de aquella cinta. Los productores y el director dicen que esto es una “midquel”.
