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“Anyone But You” reseña: ¿La película que revivirá las rom-coms?
Uno de los primeros estrenos del año es Anyone But You, que trae de vuelta a los cines, las historias de romance y enredos ¡Te contamos!
Las comedias románticas, son un género que ha sido menospreciado desde hace años. Y esto ha traído como consecuencia, que cada vez haya menos historias que tengan esa esencia que era algo muy popular en la década de los noventa y los 2000. Hoy, todo el mundo está hablando de la nueva película con Sydney Sweeney y Glen Powell. Dirigida por Will Gluck, se trata de una adaptación moderna de la obra de William Shakespeare, Mucho Ruido y Pocas Nueces, una comedia de enredos. Después de muchos intentos por regresar a la fórmula de este tipo de cintas y que además sea un proyecto rentable para la pantalla grande, llega Anyone But You. ¡Nuestra reseña te dirá lo bueno, lo malo y lo feo de esta película!
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El amor regresa a la pantalla grande con Anyone But You
La experiencia de ir al cine, muchas veces se trata de escapar de una rutina. Vamos al cine para descubrir nuevas historias y pasar un buen rato siendo el espectador de la vida de alguien más. Esto se convierte en todo un viaje desde que estás frente a la cartelera y decides en qué mundo te adentrarás y continúa hasta que sales de la sala y no eres la misma persona que hace 2 horas. Lo que pasa cuando ves Anyone But You (2023), es que vas a terminar de ver la película y si eres fan de las rom-coms, seguramente ese día será tu más feliz de la semana.
La trama gira alrededor de Bea (Sydney Sweeney) y Ben (Glen Powell), que se conocen en la gran ciudad y ese encuentro podría convertirlos en la pareja perfecta. Sin embargo, el destino tiene otros planes y esto los llevará a encontrarse tiempo después, pero ahora en la celebración más importante de dos de sus personas favoritas: una boda. Así es como las cosas se complican y deberán de dejar el pasado atrás, al menos durante el fin de semana, para que no arruinen nada.
Lo bueno
La modernización de la historia
- Las adaptaciones literarias a la pantalla, suelen ser complicadas. Ahora imaginen tener que adaptar una obra del mismísimo William Shakespeare y hacer que todo tenga sentido en un contexto actual. Pues eso lo logra Will Gluck, que fue el director, pero también el encargado de escribir el guion y es por eso que podemos ver una película que se siente clásica, pero a la vez fresca. Gluck, trae un concepto que justifica las grandes escenas de acción que vemos a lo largo de la historia, pues de eso se trata el poder traer algo escrito a la realidad. Desde ver a un Koala en su hábitat natural, hasta un rescate en helicóptero frente a la casa de ópera de Sydney. Pero sin dejar de lado los clichés que tanto amamos de estas historias, como el triángulo amoroso o lo que pasa cuando dos polos opuestos se atraen.
Los personajes
- Algo fundamental en las historias de romance, es la química que debe de haber entre los protagonistas. Pues deben hacernos pensar que son dos personas que realmente se han enamorado y en ningún momento dejar que pase por nuestra mente, que son dos actores haciendo su trabajo. Sydney Sweeney y Glen Powell lo logran mejor que nadie en esta cinta y es ahí cuando viene la reacción del público. No es fácil que con un simple beso, toda una sala de cine se emocione, pues es algo que puede parecer tan común, que necesitaría ser extraordinario para sorprender. Sin embargo, lo que pasa cuando hay química entre dos personajes y además ya estás dentro de la película de alguna manera, es que un baile, una conversación o ese beso; pueden ser las escenas que hagan que tú, seas quien sienta las mariposas en el estómago.
Lo malo
La relación falsa
- Uno de los clichés que amas u odias, sin duda es el de la relación falsa. Es decir, cuando dos personas (que claramente se atraen), fingen ser una pareja para conseguir algo. En este caso, Ben quiere recuperar a Margaret, una amiga con la que salió en algún momento, pero las cosas no funcionaron. Y Bea quiere que sus padres dejen de tratar de hacerla volver con su ex prometido, pues creen que fue un grave error. Así es como llegan a la conclusión de que si todos piensan que están juntos, la situación cambiará a su favor. Esta parte de la historia, trae más problemas de los que debería y eso puede volver un poco pesado esta parte de la trama. Aunque también es algo que si lo vemos desde otra perspectiva, nos regala escenas muy divertidas.
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Lo feo
Las situaciones de enredos
- Usar un recurso como las situaciones de enredos, puede salir muy bien o puede complicar las cosas. En Anyone But You, es raro como de alguna manera funciona, pues en medio de todo el caos, podemos ver como los demás personajes se involucran en la relación de los protagonistas. El problema es que hace que algunas escenas se sientan absurdas y en vez de sacarte una carcajada, te dejen con una sensación de que eso que acabas de ver era innecesario. Algunas de estas escenas serían la del incendio en la cena o la de la araña.
Al final, Anyone But You, es de alguna manera un homenaje a las comedias románticas. Pues en ningún momento pretende ser algo que no es y al contrario, se adueña de los que podrían ser sus defectos y se aprovecha de eso que saben que extrañamos de estas películas. Esto trae como resultado una gran película que nos deja esa sensación de querer salir y disfrutar de la vida, conocer lugares nuevos, a personas nuevas, volverte a enamorar y escuchar una y otra vez “Unwritten” de Natasha Bedingfield.
La película ya sobrepasó los $100 millones de dólares en taquilla mundial, durante su primer fin de semana y eso ya se puede considerar un logro. Pues toda la producción costó $25 millones de dólares, además de que superó a la última película de este tipo que había logrado estos números en 2016, El bebé de Bridget Jones. En unos años comprobaremos si esta será la película que reviva el género, pero por ahora solo nos queda disfrutarla en la pantalla grande, pues la experiencia valdrá cada segundo.
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