Bacurau, la película brasileña ganadora de Cannes

El cineasta brasileño Kleber Mendonça Filho regresa para su tercer largometraje con una cinta absolutamente ambiciosa, que combina el western, la ciencia ficción distópica y el slasher, todo ello revestido de una poderosa crítica al contexto social y político del Brasil actual.
La ambición va acompañada de talento. En manos de un cineasta con menos capacidad, el complejo andamiaje de esta cinta derivaría en un desastre. Afortunadamente, el director Kleber Mendonça —junto con Juliano Dornelles como codirector— no pierde la brújula y entrega un filme fascinante que no ceja en su dura crítica social aunque, también —hay que decirlo— peca por momentos de cierta densidad, como quien intenta dibujar con una brocha gorda.

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Vagamente situada “de aquí a varios años”, conocemos a este pueblo llamado Bacurau, al cual le han quitado el suministro de agua y, además, sufre la muerte de su matriarca de 94 años.
Luego, sucede algo sumamente extraño: el pueblo empieza a desaparecer, literalmente, de todos los mapas y fotos satelitales. Un grupo de forasteros armados hasta los dientes, ayudados por un dron, preparan la aniquilación del pueblo, pero los lugareños opondrán resistencia.

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Este ejercicio coral (emblemáticas participaciones de Sonia Braga y el alemán Udo Kier) tiene un subtexto antiimperialista, pero también de crítica a los regímenes de derecha, en clara alusión al actual presidente brasileño Jair Bolsonaro. Bacurau es una de las películas más extravagantes que se verán este año, un ejercicio de estilo dirigido a cinéfilos que no temen a la práctica de mezclar géneros cinematográficos.

GANADORA DE CANNES

Es la segunda película brasileña en ser laureada, después de El pagador de promesas (1962 ), de Anselmo Duarte.