Dejar el mundo atrás: el inquietante thriller apocalíptico de Netflix

Dejar el mundo atrás casi desde sus primeros minutos se precipita hacia lo perturbador. Sensaciones fatalistas, sospechas acerca de lo peor, crisis en aumento. Miedo. Netflix lanzó apenas hace unos días este thriller apocalíptico con elenco estelar, adaptado y dirigido por Sam Esmail (Mr. Robot), para pasar un buen rato y de paso reflexionar sobre la alarmante ruta que sigue nuestra civilización.

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Por Alan Rodríguez @kromafilm

La neurótica y desconfiada Amanda (Julia Roberts) decide que es tiempo de tomarse unas vacaciones junto con su familia. Despierta a su marido nada preocupadizo y profe universitario Clay (Ethan Hawke) para darle la noticia. En cosa de minutos están camino a una bella propiedad que alquilan a las afueras de Nueva York, acompañados de sus dos hijos adolescentes, Archie (Charlie Evans) y Rose (Farrah Mackenzie).

A deshoras y apenas en la primera noche, la misteriosa visita de un sofisticado padre, G. H. (Mahershala Ali) y su hija Ruth (Myha’la), no solo parece poner en riesgo las vacaciones sino tal vez algo más. Un apagón eléctrico generalizado ha echado abajo las comunicaciones  y lo que se viene es una cadena de intrigantes acontecimientos.

Dejar el mundo atrás: cataclismo creciente 

Basada en la novela homónima de Rumaan Alam, nominada al Premio Nacional del Libro, Dejar el mundo en atrás no se desborda en episodios catastróficos. Esmail lleva las cosas con calma porque le gusta mantener al espectador con la incertidumbre sobre lo próximo que se viene.

De ahí que serán sólo señales inquietantes, raras e inciertas sobre algo que se avecina. Por ejemplo, un monumental buque petrolero que termina partiendo la playa tras su estrepitoso encallamiento, como comandado por nadie.

Cada echo inquietante consigue alertar más y más al espectador, quien desde pronto nota que se insinúa “el fin del mundo”; pero lo que termina intrigando son las etapas y el cómo la temida catástrofe global podría llegar a consumarse. Esmail hace recordar estrategias de maestros como Alfred Hitchcock, quien como nadie supo administrar el suspenso, jugar con la mente y los miedos del espectador. 

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Paranoia y esperanza en combinación

Con esta película, su opera prima en cine, el cineasta estadounidense evoca la atmósfera envenenada y paranoica del texto de Alam. Y lo consigue también a través de un calculada narración visual, en la que a menudo encontramos transiciones, movimientos de cámara y puntos de vista (cenitales a la Kubrick) con los que Esmail acentúa el eco delirante de la historia. El sonido y la música original de Mac Quayle no hacen mas que sumar a ese propósito.

En el filme son muy evidentes los mensajes sobre la dependencia tecnológica o el desentendimiento entre clases o razas. Sobre todo, se lanza contra los americanos radicalmente conservadores, como el pueblerino-escopeta-en-mano- de nacionalismo trumpista Danny (Kevin Bacon), como una crítica a esa ideología que contamina mentes y es una amenaza en las urnas.

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¿Cuál es el significado de Friends en Dejar el mundo atrás?

Aunque se desarrolla en clave de pesadilla apocalíptica, en Dejar el mundo en atrás parpadea una luz de optimismo escapista; ahí en los últimos actos de la pequeña Rose, una ferviente amante de Friends. Le importa un pito que todo a su alrededor se desmorone, su batalla en las más de dos horas de película es conseguir ver el último capítulo de la popular serie. Y lo consigue en un búnker desolado, tras dejar atrás un óleo con la leyenda: “La esperanza comienza en la oscuridad” (Rebecca Solnit).

“Lo que el arte puede hacer, si tiene éxito, es ayudarnos a trabajar a través del trauma y lidiar con lo que está sucediendo en el mundo”, comentó Esmail para los medios a propósito de su película. Dejar el mundo en atrás en sus mejores momentos, que no son todos los momentos porque de pronto desconcierta por algunos sinsentidos, parece que lo consigue.