Guadalupe Reyes, la película: lo bueno, lo malo y lo feo

El infierno de la vida godín se ha convertido en un tema recurrente del cine mexicano. La exitosa Mirreyes contra Godinez (2019) demostró el interés que hay en el público mexicano por el tema. Ahora, buscando el mismo éxito, llega Guadalupe Reyes (2019), cinta donde un par de amigos -uno de ellos super godín, el otro relajado y cool- se dan a la tarea de hacer el famoso maratón “Guadalupe-Reyes”, el muy mexicano ritual de empezar la fiesta el 12 de diciembre y acabar el 6 de enero.

Vale la pena esta película. Aquí se los decimos (spoiler: no). 

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Para empezar el maratón: Guadalupe Reyes, la película

LO BUENO

Paco Rueda y Memo Villegas

Conocido por el video viral ‘Harina”, Memo Villegas junto con Paco Rueda son los amigos godinez de Luis (Martín Altomaro) su jefe godín en un despacho contable. Aunque se trata de actores secundarios y su aparición es breve, lo hacen mucho mejor que todo el cast completo.

La secuencia de la cena familiar

Con la inesperada presencia de Ofelia Medina como la mamá de Luis, se trata de la única secuencia bien lograda de la película. Luis y su amigo de parrandas, Hugo (Juan Pablo Medina), llegan a la cena de navidad con la familia del primero. Todos los rencores y mala leche de la familia salen a relucir en una secuencia hilarante. ¿Cómo consiguieron que Ofelia Medina hiciera este cameo? 

LO MALO

A un paso de la sexycomedia

Y no que tengamos nada contra las sexycomedias de los ochenta, pero el problema es que ni siquiera les sale bien. La imagen del tipo godín que en casa su esposa super guapa le pone el cuerno es como del cine de Alfonso Zayas, quien lo hacía con mucho más gracia de lo que puede Martín Altomaro.

Buena idea, mal ejecutada

La idea base no suena mal: un par de amigos intentan hacer el mítico Guadalupe- Reyes, ¿por qué entonces termina siendo una mala copia de The Hangover (Phillips, 2019)? El error está en las motivaciones: el personaje que interpreta Juan Pablo Medina (un chavorruco al parecer millonario) y el de Altomaro (un godín que sin embargo vive en un departamento increíble y está casado con una mujer guapísima) son malas caricaturas de sí mismos. Además, la idea de lo que es una fiesta en México es todo un cliché por sí mismo.

LO FEO

¿Era necesario que hubiera dos secuencias con Martín Altomaro en calzones? No, no es chistoso.