La Boda de mi Mejor Amigo: lo bueno, lo malo y lo feo
No lo pedimos, pero por fin vio la luz el remake del clásico chick flick La boda de mi mejor amigo, con Julia Roberts. Te decimos qué tan mala es.
No lo pedimos, pero por fin vio la luz el remake del clásico chick flick La boda de mi mejor amigo, con Julia Roberts. Te decimos si es tan mala cómo pensamos.
Nadie lo vio venir, pero por alguna razón alguien pensó que era buena idea hacer un remake mexicano del clásico de Julia Roberts, La Boda de mi Mejor Amigo (Hogan,1997), y peor aún, decidieron que era buena idea hacerlo copiando exactamente cuadro por cuadro. ¿Está bueno?, ¿le hace honor a la cinta original? Aquí despejamos todas esas incógnitas, excepto una: ¿por qué lo hicieron?
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La boda de mi mejor amigo (versión mexa): lo bueno, lo malo y lo feo
LO BUENO
La actuación de Miguel Ángel Silvestre
El actor oriundo de España, que ha participado en series como Sense 8 y Narcos es, por mucho, lo mejor de este remake. Su papel es el equivalente al que hiciera Rupert Everett en la cinta original, el amigo gay de la protagonista. Si bien es cierto que su material hacía prácticamente imposible que diera una mala nota, también hay que aceptar que Silvestre impregna un estilo propio al personaje. De todo el cast es el único que se atreve a no copiar el trabajo original y ello deriva en una actuación memorable.
LO MALO
Es una copia cuadro por cuadro
No es la primera vez en la historia del cine que se hace una copia cuadro por cuadro de una película (pregúntenle a Michael Haneke o Gus Van Sant) pero aquí definitivamente es una decisión que no aporta mucho y si crea varios problemas. Resulta imposible no hacer comparaciones odiosas con la original, y por supuesto, la versión mexicana tiene siempre todas las de perder.
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Las actuaciones dejan mucho que desear
A excepción del ya mencionado Miguel Ángel Silvestre, el resto del cast actúa con muy poca naturalidad y se entiende: al ser esto una copia calcada del original, todos se ven atados a actuar de una forma muy particular. Al final, la copia sólo sirve para apreciar más el trabajo de Julia Roberts y Cameron Díaz, auténticas estrellas que no sólo se ven bien a cuadro sino que definitivamente saben actuar.
Es absolutamente anacrónica
Otro problema de hacer una copia exacta del original es que muchas de las situaciones resultan anacrónicas y hasta políticamente incorrectas. Las profesiones de los protagonistas, la idea de que alguien deje sus estudios para casarse o el polémico asunto de “las zorras” no son sino signos de una década que ya no operan en pleno 2019.
LO FEO
Masacra la escena icónica del restaurante
Adaptar La Boda de mi Mejor Amigo consistía, básicamente, en resolver con qué canción reemplazar el clásico I Say a Little Pray for You. Aquella escena de la cinta original está, sin duda, en la lista de 100 momentos más icónicos del cine. La canción propuesta en este remake mexicano es poco menos que patética. No diremos cuál es, pero en definitiva destrozan uno de los momentos más memorables en la historia del cine.
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