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Midsommar: lo bueno, lo malo y lo feo

Por: Angélica Medina 24 Sep 2019
Midsommar: lo bueno, lo malo y lo feo

Después del éxito de Hereditary (El legado del Diablo) Ari Aster regresa con su segundo largometraje de terror que nos introduce a unas vacaciones idílicas en un pequeño poblado rural en Suecia.


Un grupo de amigos viaja a Suecia para el festival de verano Midsommar. Invitados por Pelle (Vilhelm Blomgren), su compañero de universidad, Josh (William Jackson Harper), Mark (Will Poulter) y Christian (Jack Reynor) deciden presenciar esta fiesta que se realiza cada 90 años en una aldea remota.

Sin embargo Christian decide llevar a Dani (Florence Puigh), su afligida y vulnerable novia, quien sufrió la pérdida de toda su familia pocos meses antes. Lo que sería un viaje de investigación y descanso se transforma en una verdadera pesadilla en la que participa todo el pueblo. Te contamos los bueno, lo malo y lo feo de Midsommar.

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Lo bueno

La estética

Aster resalta por su capacidad para crear atmósferas amenazantes. En Midsommar utiliza la luz del día a su favor para presentar a una inocente comunidad sueca, demasiado perfecta para ser real, que pronto revela su naturaleza violenta hasta transformase en un siniestro culto con perturbadoras actividades festivas.

La cinta se filmó en Hungría, para maximizar el uso de la luz natural, un contraste con las pocas escenas en la oscuridad. Esto también permite resaltar la ambivalencia del lugar, que además posee una diseño de escenografía impecable; desde la gran cabaña amarilla y triangular, hasta el establo donde duermen los protagonistas. Cada uno de estos detalles se suman a la angustiosa mezcla de sonido y los efectos especiales, lo que ayuda a enriquecer la narrativa. 

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Midsommar Aldea

Florence Puigh

La trama se desarrolla a partir del personaje de Dani que debe afrontar la terrible muerte de su familia.  Al encontrarse completamente sola en el mundo, decide aferrarse a la mala relación que tiene con su novio Christian, por eso termina en Suecia.

A lo largo de la cinta vemos como la desvalida chica sufre de ataques de ansiedad, llanto incontrolable y episodios de pánico. Florence Puigh es capaz de retratar los matices de su personaje de manera casi perfecta; además encuentra la forma de presentar su vulnerabilidad desde los desgarradores gritos, hasta los cambios de humor e incluso cuando su intensidad al bailar hasta convertirse en Reina del Midsommar. 

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Florence Puigh

Lo malo

¿Dónde quedó el terror?

En Hereditary, Aster nos presenta un recorrido hacía los rincones del horror, a través de la pérdida que provoca la muerte. En Midsommar busca un acercamiento al mismo tema pero con resultados diferentes. La película tiene bastantes momentos perturbadores, incluso algunos jump scares, no obstante estos se abocan más hacía el suspenso y el gore, que al verdadero terror.

Midsommar

Lo feo

Todo se reduce a tener un mal novio

En ultima instancia el conflicto principal es la mala relación que tienen Christian y Dani como pareja, este tema no parece suficiente para sustentar todo lo  que la cinta presenta como las referencias a los cultos paganos y las tradiciones suecas.  Además los personajes secundarios están tan poco construidos que en realidad no importa si están ahí o no. 

Lo que pudo convertirse en un buen sucesor de The Wicker Man (El hombre de mimbre, 1973), al final se reduce a una relación tóxica en una película innecesariamente larga. 

Midsommar

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