Nace una estrella: lo bueno, lo malo y lo feo

Nace una estrella: lo bueno, lo malo y lo feo de la película protagonizada por Lady Gaga y Bradley Cooper, en el debut del actor como director

Nace una estrella representó un enorme reto para sus protagonistas. Bradley Cooper no sólo actúa, sino que se avienta por primera vez las tareas de dirigir y cantar; además de producirla y coescribirla. Mientras que Lady Gaga, que si bien ya se había aventurado en la actuación, recibe su primer protagónico. Ambos salieron de su zona de confort y el resultado es bastante exitoso, no por nada ya se habla de posibles nominaciones a los premios Oscar. Pero ¿cómo lo lograron con el cuarto remake de una historia que ya conocemos? Te lo contamos en lo bueno, lo malo y lo feo.

VENOM: lo bueno, lo malo y lo feo

Nace una estrella: lo bueno, lo malo y lo feo

Bradley Cooper interpreta a Jackson Maine, exitoso músico de rock/country con problemas de alcoholismo, que conoce a Ally, personaje interpretado por Lady Gaga, en un bar de drag queens. De inmediato, ambos se dan cuenta de su conexión emocional. Maine queda maravillado con el talento de Ally, tanto que decide ayudarla a superar sus inseguridades para convertirse en una estrella. Es entonces cuando comienza el ascenso a la fama de ella y el descenso de él.

LO BUENO

Bradley Cooper y Lady Gaga

Entre el público hay muchas opiniones divididas sobre Lady Gaga, mientras que unos la aman, otros la odian, sin embargo, no podemos negar que tiene un gran talento, su voz y eso es evidente en el filme. Ahora podemos agregar la actuación a su lista de virtudes. Quizá el gran acierto de su actuación se encuentra en que impregnó un poco de su experiencia dentro de la industria de la música en Ally y de pronto se siente autobiográfica.

La perseverancia de Bradley Cooper por dirigir la nueva adaptación de Nace una estrella es evidente, no sólo por haber tomado clases de canto y guitarra durante varios meses, sino también en la manera de abordar una historia que ya conocemos y renovarla para un público nuevo. Además, no dudo que la química entre ambos fuera un punto decisivo a la hora de seleccionar el casting.

Cabe mencionar que Sam Elliott, como hermano de Jackson Maine, hace un gran trabajo. A pesar de sus brevísimas intervenciones, su participación fue otro gran acierto de la cinta.

La música

La película trata sobre dos cantantes, y evidentemente la música es un personaje más dentro de la trama. De ahí que canciones como “Shallow”, “Black Eyes”, “Look What I Found” o “I’ll Never Love Again” tengan tanta importancia. Seguro que la banda sonora será premiada.

Los escenarios

Si eres amante de los conciertos seguro que las secuencias de las presentaciones en vivo te pondrán la piel chinita, sobre todo la inicial. Gracias a que Cooper logró filmar varias de las escenas en grandes festivales de música como Glastonbury y Coachella, entre otros espectáculos; logra transmitir las sensaciones del público y la adrenalina.

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LO MALO

No deja de ser un remake ¡el cuarto!

En 1937 se vio por primera vez Nace una estrella, protagonizada por Janet Gaynor y Fredric March; luego vino una nueva versión en 1954 con Judy Garland y James Mason; hacia 1976 llegó una tercera, estelarizada por Barbra Streisand y Kris Kristofferson. ¿Era necesaria una cuarta? Tal vez no; por suerte el resultado fue bueno, y acercará a nuevas generaciones una historia ya clásica del cine, con un toque de frescura y adaptación al contexto actual.

Predecible

Precisamente por lo anterior es que la película puede ser un tanto predecible, más si ya habías visto alguna de las anteriores.

LO FEO

La duración

Prepárate porque la película tiene una duración de dos horas con 16 minutos; aunque tiene muchos momentos, como los conciertos, que le aportan dinamismo, hay escenas que se sienten de sobra.

El villano

Obviamente todos odiamos a Rez (Rafi Gavron), el manager de Ally, pero no sé si lo detesto más a él o al hecho de que fuera el cliché del típico manager que manipula a la artista pop con tal de explotarla.

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