Parásitos, el drama de una familia indeseable de Bong Joon-ho

La ganadora de la Palma de Oro en Cannes es un fascinante ejercicio cinematográfico que se perfila para ser lo mejor del año

El séptimo largometraje del coreano Bong Joon-ho (Okja, Snowpiercer), Parásitos, inicia con un dulce engaño. En un primer vistazo, la ganadora de la Palma de Oro en Cannes 2019 parece una disfrutable pero sencilla comedia costumbrista sobre una familia coreana sumida en la pobreza y la inacción. Pero luego, inadvertidamente, la película cambia de género provocando asombro y un mar de inesperadas emociones.

Parásitos se estrena en México el 27 de diciembre

Ki-taek (Song Kang-ho) es el padre de dos adolescentes que, junto con su esposa, viven en un pequeño y caótico departamento lleno basura y sin señal de Wi-Fi. Es tal su apatía ante la vida que cuando un fumigador pasa por la calle, dejan las ventanas abiertas, “así tendremos fumigación gratis”.

El adolescente de la familia, Ki-woo (Choi Woo-sik), se hace pasar por profesor para dar clases particulares a la hija de unos millonarios. El plan funciona y no pasa mucho tiempo antes de que esta suntuosa familia busque contratar a otra maestra, esta vez para su hijo pequeño. Ki-Woo lleva a su hermana y repiten el truco. Pronto, bajo el mismo techo y sin que los patrones lo sepan, toda la familia de Ki-taek trabaja para ellos.

Lo mejor del FICM 2019 en Ciudad de México ¡Parasite y más!

Hasta aquí, Parásitos no es otra cosa que una comedia fársica. Pero poco a poco, el guión escrito por el propio director, junto a Won Han Jin, da una serie de inesperados giros que van cambiando de género a la película: de la comedia nos vamos al suspenso, al thriller, al terror, para terminar en un doloroso estudio sobre las relaciones entre ricos y pobres.

Yo antes de ti en el Lanchacinema del Bosque de Chapultepec

No es la primera vez que Bong Joon-ho juega con las convenciones de los géneros cinematográficos. Su cine rara vez se deja atar por protocolos, pero nunca habíamos visto tal habilidad de cambio en una misma película. El truco es casi imperceptible, y como público no se puede llamar al engaño: el director va hilando la película con la precisión de un cirujano.

No es que el Festival de Cine de Cannes sea infalible, pero esta vez la Palma de Oro se entregó con toda justicia a la mejor película, no sólo del festival, sino probablemente de todo 2019.