Stranger Things: La segunda temporada que todos esperaban

Stranger Things logró convencer a sus seguidores con su segunda temporada, aquí te decimos qué nos gustó y que no de la serie creada por los Hermanos Duffer

La semana pasada Netflix estrenó con éxito la segunda temporada de Stranger Things, su sorpresiva primer gran producción de culto y con ello, atrajo un sinnúmero de tuits de amor, quejas en Facebook, nuevas ideas para disfrazarse el próximo Halloween y más de quince millones de espectadores en sus primeros tres días en línea, según reporta Nielsen.

Después de nueve capítulos y un vistazo a las películas que aún conservamos en VHS, repasamos lo bueno, lo malo y lo chido de la nueva temporada de Stranger Things, dejando en el otro lado los posibles spoilers que podrían afectar al desarrollo de la trama.

Lo bueno

• Netflix hace una buena Segunda Temporada

No es fácil hacer una buena segunda temporada, especialmente sí la primera fue tan aclamada por el público y la crítica gracias a su frescura (en este caso es azaroso hablar de originalidad), sin embargo Netflix logró repetir el éxito de su serie e incluso superarlo por algunos momentos.

Evitando caer en las garras de la mediocridad, que si afectó a series como House of Cards, Orange is the New Black, Bloodline y Narcos (¡Suerte Glow, Ozark y Mindhunter!), la segunda temporada de Stranger Things se mantiene fiel a su esencia, llena de referencias pop ochenteras y una trama que se mantiene interesante.

• Los Juegos de los Hermanos Duffer

Con el respaldo de una comunidad en todo el mundo (y nominaciones a los Emmy, Globos de Oro, BAFTA y Critics Choice Awards), los Hermanos Duffer aprovechan el terreno que plantearon con su afortunada primera temporada y van más allá de él. Jugando con sus personajes y situaciones, los Duffer crean un ejercicio más grande y extraño que lo antes presentado, manteniendo en estricto control sus grandilocuentes detalles técnicos (con mención especial al plano secuencia en una fiesta que ilustra todos los disfraces de los asistentes y los efectos especiales desarrollados con mejores resultados).

En esta época donde la nostalgia justifica casi cualquier atrevimiento, los Duffer realizan entretenimiento juguetón de calidad, similar a lo que J. J. Abrams hizo como una honesta carta de amor a su infancia en Super 8, que permanece injustamente ninguneada.

Lo malo

• ¿En realidad necesitábamos tanto?

Desafortundamente, la serie no puede escapar de uno de los constantes errores de cualquier cosa que continúe por éxito (llámese temporada, secuela, entrega o siguiente disco de Caifanes): el engolosinamiento. Con al menos un capítulo de más y un par de subtramas inútiles, dándole una mención de horror al cansado análisis familiar de cierto personaje principal, la segunda temporada de Stranger Things llega a los terrenos del crowd pleaser desvergonzado, cayendo en un bache narrativo durante algunos de sus capítulos centrales, especialmente el séptimo, que afortunadamente se sortea en el último episodio.

Lo chido

• Las Referencias

Continuando con aquel abanico de referencias ochenteras ejecutados en su primera temporada, los Duffer se pasean libremente entre artículos de la época y tramposamente los exponen a lo largo de cada de escena, desde los más evidentes, con el cuarteto de amigos disfrazados de los Cazafantasmas (con dos Venkman, porque nadie quiere ser Winston… obviamente) en Halloween, hasta un par de elementos escondidos, incluyendo una referencia a la mitología creada por Stephen King, la presencia de Sean Astin, protagonista de The Goonies, una activa inspiración para esta temporada y los disfraces tontos de Nancy y Steve, que no son más que un guiño a Risky Business.

Después de homenajear abiertamente a Spielberg en la temporada pasada, Stranger Things entra en terrenos un tanto más oscuros, encontrando un poco del cine de Carpenter, Scott, Friedkin y hasta John Hughes en sus venas. Para cualquier cinéfilo que guste buscar algo más que los desaparecidos Walkman y Radio Shack esta será una serie ideal.

• El Soundtrack

Claro que los ochenta no sólo fueron una época de gracia para el cine comercial y el delicioso soundtrack de esta temporada es prueba de ello. Con mayores posibilidades económicas y dejando un poco de lado el cautivador sonido de Kyle Dixon & Michael Stein, los responsables de la supervisión musical utilizan a New Order, Bon Jovi, Scorpions, Cyndi Lauper, The Psychedelic Furs, Joy Division, Duran Duran, Echo and the Bunnymen, The Bangles, Corey Hart y una decena de artistas más para ubicarnos en su época, logrando algo genuinamente increíble.

El uso de “Every Breath you Take” de The Police en cierto momento de la serie no le debe nada a aquel momento en la primera temporada, donde un cover de Heroes en voz de Peter Gabriel acompaña el doloroso hallazgo de un cuerpo a la mitad de la nada.