Imaginen mezclar un capítulo de The Twilight Zone, Vaselina y La guerra de los mundos de Orson Welles.
Ahora imaginen que viven en un pequeño pueblo del suroeste norteamericano, tan pequeño que todos los habitantes se encuentran en el gimnasio de la escuela viendo el partido de basketball de equipo de la preparatoria. Bueno, casi todos, excepto dos adolescentes: Everett, el DJ de la estación de radio y Faye, una operadora telefónica.
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En medio de la transmisión del programa de radio, Faye escucha un sonido extraño desde su centro de operaciones. Una especie de estática chillante, eléctrica. Recibe la llamada de una mujer “¡Hay algo en cielo!” Faye, curiosa —es una protonerd entusiasmada con cualquier avance digno de una historieta de scif-fi— decide que esta historia merece ser transmitida en el programa de Everett.
Un sonido misterioso en la radio
Y a partir de esta llamada, The Vast of Night, la ópera prima de Andrew Patterson, se transforma en un thriller claustrofóbico, una cacería nocturna de pistas derruidas, paranoia de Guerra Fría y, sobre todo, una lectura sobre cómo los prejuicios de mitad del siglo XX, aún son recurrentes en 2020.
Patterson doma con maestría la cámara y sabe perfectamente cómo adentrarnos en su historia. Durante la primera mitad del filme, nos muestra ajenos, como testigos del duelo verborreico entre Faye y Everett —durante un plano, la cámara colocada detrás de los protagonistas los sigue mientras ellos caminan y discuten sobre nuevos artefactos radiofónicos y el futuro de los electrodomésticos—. Después, cuando los protagonistas investigan de dónde proviene el extraño sonido, la cámara se convierte en un personaje más que reconoce las reacciones de los personajes, se introduce en casas oscuras y también mira al cielo en busca de respuestas.
ENTREVISTA CON LOS ACTORES
Antes de su estreno pudimos platicar con los protagonistas de la película, Jake Horowitz y Sierra McCormick sobre la inspiración de la película, su filmación y sus subtemas relevantes para el siglo XXI.
¿Cuál fue su reacción la primera vez que leyeron el guion?
Sierra McCormick: Leía muchos guiones, pero The Vast of Night me voló la cabeza. El guion era muy descriptivo, y podías imaginar hasta los movimientos de cámaras. Me emocionó, y además Fay era un gran personaje multifacético, fuerte e inteligente. Me atrajo inmediatamente y supe que tenía que hacer lo que fuera para quedarme con el papel.
Un detalle que me llamó la atención fue la cantidad de diálogos durante la primera mitad de la película, ¿qué tanto margen de maniobra tuvieron para poder improvisar?
Jake Horowitz: El guion de Andrew estaba tan bien escrito, que no tuve oportunidad de decir algo que no estuviera en el papel. Quizá dije un par de palabras diferentes, pero todo estaba muy bien engranado.
SM: Todo lo que ves y escuchas, estaba en papel. Fue un trabajo sencillo, Andrew se encargó de que tuviéramos muchos ensayos antes de presentarnos frente a la cámara. Cuando filmamos estábamos muy preparados, esa fue la parte más sencilla y divertida.
Aunque la película es en los 50, jamás recae en la nostalgia…
JH:Es un sentimiento de película de un pueblo pequeño frente a algo desconocido, porque en realidad jamás vemos un OVNI. ¿Es una amenaza? ¿Es algo real?
SM: Para construir este personaje tuve que entender qué era lo que realmente le apasionaba: todo lo referente a la tecnología de la época, las máquinas y los artefactos de su trabajo como telefonista. De hecho, metieron una consola de operaciones telefónicas a mi cuarto de hotel. Me metí a YouTube a ver cómo funcionaban, y practicaba en mi cuarto por horas, moviendo cables y todo.
Es una película con mensajes de crítica social que resuenan en siglo XX, sobre todo las escenas que tienen que ver con un personaje afroamericano que llama al programa de radio
JH: Es una crítica a la opresión. Durante los años 50 la sociedad no era tan diferente de la nuestra. Hablo concretamente de Billy y el contexto de su llamada: tiene miedo de que nadie le crea su historia, porque es afroamericano. El racismo siempre ha logrado que un grupo de personas tenga una vida complicada. La película, en cierta manera, es una forma de honrarlos.
O también el empoderamiento femenino…
SM: Claro, Fay es una mujer empoderada que ama la ciencia y habla apasionadamente de ello. Pero imaginen que la película está situada en un pequeño pueblo y en una era distinta. Estos temas no eran algo femenino y seguramente eran mal vistos; así que me impresionó que a ella, hipotéticamente hablando, jamás le importaron estos comentarios. Es algo refrescante: una chica nerd orgullosa.
¿Durante el rodaje vieron alguna película que sirviera como referencia?
JH: Andrew me recomendó ver Encuentros cercanos del tercer tipo y claro, Twilight Zone. Para poder manejar toda la parte de suspenso, fueron Todos los hombres del presidente, Children of Men y Zodiac.
SM: Siempre he estado interesada en estos temas desde que era niña: he leído mucho a lo largo de los años, pero para la película no quise investigar sobre los años 50 porque sentí que Fay no tenía esas referencias. Su perspectiva es un punto de vista fresco, casi inocente. Tampoco quise ver algo relacionado a OVNIs ni nada paranormal.
¿Cómo cambió la percepción de la película hoy, a la que tenían hace tres años que filmaron The Vast of Night?
SM:El año pasado viajé con la película para presentarla en distintos festivales y fue muy cansado. Siento que soy otra persona: no nos parecemos, y siento que fue hace mucho que la filmamos.
La película estaba planeada para estrenarse en cines este fin de semana, pero fue imposible por la cuarentena. ¿Cuál es su visión sobre el futuro de la distribución en plataformas de streaming?
SM: Amo ir al cine, pero los servicios de streaming logran que las películas sean más accesibles y que la gente las vea. Es como un sueño. A mí me está manteniendo cuerda por todo lo que puedo ver en esta cuarentena. Streaming abre a la audiencia lo posibilidad de ver algo que no conocían.
JH: Es impresionante y emocionante saber la cantidad de gente que podrá ver la película en estas plataformas.
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