Su menú incluye hot cakes, chilaquiles, molletes, hamburguesas, mocktails y más.
En CDMX, Motín ha logrado posicionarse como un espacio que redefine el desayuno y la comida cotidiana. Su propuesta gira en torno a la reinvención de platillos clásicos con un enfoque en comfort food: preparaciones accesibles, pensadas para disfrutarse a cualquier hora del día y en un ambiente relajado. Aquí te contamos los detalles:
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Con dos sucursales -una en Roma Norte y otra en la Juárez-, Motín se ha convertido en una opción recurrente para quienes buscan desayunar más allá de la mañana o compartir una comida casera con toques contemporáneos. Su menú incluye desde opciones dulces como hot cakes con ricotta o pan francés caramelizado, hasta platillos más tradicionales como chilaquiles, molletes y huevos benedictinos.
Uno de los sellos distintivos de Motín es su desayuno disponible todo el día. Las opciones abarcan lo dulce y lo salado, con combinaciones pensadas para satisfacer distintos gustos. Entre los platillos más representativos están los Molletes Triplem, en pan baguette con queso especial y pico de gallo; el Croque Madame con jamón serrano y salsa bechamel; y los Mollaquiles, que combinan molletes con chilaquiles en una sola preparación.
Para quienes prefieren lo dulce, destaca el pan francés con mascarpone cítrico y mermelada de frutos rojos.
A la hora de la comida, el menú se extiende hacia propuestas más robustas. Se pueden encontrar entradas como las Tostaditas de atún, preparadas con salsa ponzu y aderezo de chipotle, o Papas bravas horneadas con mayonesa de salsa macha. El apartado “Motín entre panes” ofrece sándwiches y hamburguesas preparados con ingredientes caseros: grilled cheese en pan de masa madre, hamburguesa en bollo tipo brioche o un top sirloin cocido a baja temperatura con queso gratinado y sopa de cebolla como guarnición.
Para acompañar, Motín presenta una selección de mocktails y smoothies que complementan tanto el desayuno como la comida. Entre los favoritos están el Tupi Motín (mango maracuyá con albahaca), el Rosemerin Motín (fresas maceradas con infusión de romero), y smoothies como el de aguacate con pepino y chía o el de frutos rojos con avena y dátiles.
En el apartado dulce, además del cheesecake japonés, que puede pedirse por rebanada o entero, hay brownie, copa de helado y pastel del día.
Motín mantiene su esencia tanto en la sucursal Roma Norte como en la Juárez, cada una con su propio estilo, pero compartiendo un mismo concepto: ofrecer comida reconfortante, bien pensada, servida sin pretensión y con horario extendido. El espacio de Juárez, por ejemplo, cuenta con un patio interior ideal para compartir en grupo, mientras que Roma sigue siendo una parada habitual para parejas, familias y amigos.
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