Cuando los cerdos vuelen: ¿por qué postergamos nuestros sueños?

¿A caso cuando los cerdos vuelen daremos el primer paso para emprender nuestros sueños?

No es un secreto que la mayoría de las personas, al menos en lo que concierne a nuestra amada CDMX, no llega a ver sus sueños hechos realidad. ¿Pero por qué?

Podríamos buscar infinidad de excusas para justificarnos.  Sin duda es más fácil culpar a otros por nuestro infortunio que asumir la responsabilidad de nuestras decisiones. A veces nos limitamos exclusivamente a cruzar los brazos esperando que las oportunidades caigan del cielo. Vemos inalcanzables nuestros objetivos y creemos que solo serán una realidad “cuando los cerdos vuelen“.

Entonces, consciente o inconscientemente, vivimos postergando nuestros sueños. “Ahora sí, el próximo año echo a andar mi empresa”… Y cuando el momento llega, dejamos que se nos escurra de las manos.

Afortunadamente esto puede (y debe) cambiar. Todo lo que necesitamos para materializar nuestros sueños está dentro de uno mismo. Lo demás responderá a la causa-efecto (aunque suene a plática de superación personal).

Sí sí, existen factores externos que serán obstáculos a lo largo del camino, nadie dijo que sería sencillo. No obstante, eso mismo asegura que el viaje no será aburrido.

Cuando los cerdos vuelen mi startup va a ver la luz

Naces, creces, estudias, te vuelves un profesionista, quieres poner tu propia empresa, pasas la vida trabajando para alguien más, te retiras y mueres. ¡Qué triste!

Es conveniente acotar que ser empleado de otras personas no es algo malo, al contrario. Nuestro modelo económico así funciona. Sin embargo, la gran parte de nosotros dejamos de lado nuestros sueños por temor a salir de la zona de confort y nos conformamos con eso.

Ahora, pensemos “fuera de la caja“. El 81% de los empleos en México los generan las Pymes. Es decir, esos emprendedores que decidieron ir más allá y desarrollar sus proyectos profesionales, son el pilar de la economía del país. Tú puedes ser uno de ellos.

¿Qué te detiene para que por fin pongas tu empresa?

Si tienes fe en ese proyecto y lo conoces mejor que nadie porque lo has ideando durante mucho tiempo, prácticamente estás del otro lado. Ahora solo dale forma y no lo postergues más.  Sigue estos pasos:

1. Desarrolla tu idea de negocio, ¿qué solución ofreces para cierta necesidad?

2. Conoce a tu target. Has estudios de mercado.

3. ¿Cuáles son tus objetivos y cómo piensas lograrlos? Esto es el Plan de Negocios.

4. Necesitas capital. Si tienes un proyecto con pies y cabeza será más fácil conseguir socios y fondos con instituciones especializadas en startups.

5. Location, location, location. ¿Dónde vas a operar?

6. Es importante que estés familiarizado y te asesores sobre el marco legal de tu empresa.

7. ¡Siéntete un empresario!

Solemos dar por hecho que los emprendedores y jóvenes empresarios tuvieron más suerte, una vida privilegiada y los recursos suficientes para llegar a donde están ahora. Aunque en algunos casos así fue, no es el común denominador del resto.

La fórmula del éxito es más simple de lo que imaginamos:

Estudia. Prepárate para alcanzar tus metas.
Visualiza dónde estás y a dónde quieres llegar.
Busca y aprovecha las oportunidades que se te presenten.
Crea un buen networking. Júntate con las personas que aporten valor a tu vida.
Confía en ti mismo y en tus proyectos.
Haz lo que te apasiona.
Se humilde y agradecido.
Ahorra e invierte. La fiesta está padre, pero que no se te vaya todo en ella.
Viaja. Empieza por conocer tu país y su gente.
Se consistente. Involúcrate en tus proyectos hasta verlos concretados.

¡Atrévete a emprender! ¿O piensas hacerlo cuando los cerdos vuelen?