Dónde Ir
Vive los siete pecados capitales en la CDMX
Para el gusto, disfrute y placer de todos, descubre dónde vivir los siete pecados capitales en la CDMX sin temor a ser juzgado.
Te queremos compartir donde vivir los siete pecados capitales en la CDMX sin culpas ni penas inquisidoras.
Si tienes un vicio, entonces ameritas una pena capital… bueno, eso es lo que te hubieran dicho en la Edad Media, tiempo en el que la Inquisición hizo de las suyas y juzgaba todo aquello que rompiera con la moral cristiana de ese entonces, desde aquel que no podía controlar sus ganas cachondas hasta quien prefería una buena siesta antes que salir a pasar una buena noche con amigos y bebidas -¡qué vida tan aburrida, ¿no?!-. Afortunadamente, eso es cosa del pasado y hoy podemos vivir nuestro libre albedrío sin ser señalado como pecadores. ¿Quieres saber dónde darle vuelo a la hilacha?
Descubre dónde vivir los siete pecados capitales en la CDMX
Soberbia
Teólogos y especialistas en el tema aseguran que este pecado es uno de los más serios pues de él pueden derivarse otros. Una persona soberbia es quien es altivo, arrogante y vanidoso, de esas personas que no pueden pedir perdón o que aman sobremanera su apariencia física, por ejemplo. Cabe destacar que de acuerdo con las escrituras, esta fue la misma actitud de Lucifer (“el diablo”, pues) que causó su expulsión de los cielos.
¿Dónde vivirla?: aunque bien podrías ir a una lencería y probarte cientos de sensuales calzoncillos, o quizá ir al gym y medir fuerzas con los demás, te recomendamos que este 21 de febrero no te pierdas el flashmob Viaje en Metro sin Pantalones 2017:
Envidia
Dante Alighieri se refiere a este sentimiento como “amor por los propios bienes pervertido al deseo de privar a otros de los suyos”. En otras palabras, es querer para uno mismo lo que tienen otros, principalmente lo material y las emociones. Generalmente una persona envidiosa es aquella que le desea el mal a otro y realmente disfrutan cuando alguien la pasa mal.
¿Dónde vivirla?: okay, no deseamos que a alguien le vaya mal en la vida -¡en serio!-, aunque a veces, el mal momento de alguien puede ser la oportunidad de otro para hacerse de cosas que desea. El Monte de Piedad tiene en venta prendas que ya se han quedado con ellos a super precios. Ve a visitarlos y hazte de lo que deseas:
Ira
Y no, nos referimos a esa mala expresión de nuestra lengua cuando queremos decir “mira”. La ira es un sentimiento que lleva al descontrol, odio y enfado procedente de la impaciencia, el deseo de venganza y la muy moderna intolerancia disfrazada de “justicia” divina.
¿Dónde vivirla?: antes de que te emociones, este es el único pecado que sí deberíamos anular, ¿no hay mucha violencia en el mundo como para promoverlo? Mejor te invitamos a que todo ese estrés acumulado por conductores cafres, compañeros gandallas y jefes malencarados lo descargues sanamente en estos lugares para aprender box:
Pereza
Es sin duda uno de los que más disfrutamos… ¿qué? ¡Que lance la primera piedra aquel que no sufre el “mal del puerco” después de comer o aquel que necesita café para sobrevivir a la mañana! Aunque hay que aclarar que ser perezoso va más allá, pues se trata de la incapacidad de aceptar y hacerse cargo de la existencia de uno mismo -’Ninis’, lo sentimos mucho-.
¿Dónde vivirla?: un descanso o vacaciones nunca le caen mal a nadie, ¿por qué no dártelas? 14 horas de sueño y levantarse de la cama para comer, ir al baño y darle “play” a una serie de Netfix es un buen plan de vida, ¿no?:
Avaricia
Tomás de Aquino, santo católico, la define como un pecado en el que se prefieren las cosas temporales (los bienes) a las cosas eternas (la salvación, por ejemplo). Es, también, esas ganas brutales de tener mucho y nunca compartirlo. La deslealtad y la traición para salir beneficiado (como el soborno) puede ser considerado en esta categoría.
¿Dónde vivirla?: bueno, más que recomendarte dónde gozarla, te compartimos medidas para sobrevivir a la avaricia de otros:
Gula
¿A quién no le encanta comer? Se refiere específicamente al consumo excesivo de comida y bebida, aunque cualquier otro exceso cabe perfectamente aquí. Pensemos, por ejemplo, en Bruce, el niño de la película Matilda que se come un enorme pastel de chocolate, o mejor aún, en tu amigo que en las fiestas siempre dice “si ya saben como soy, ¿pa’ qué me invitan?” mientras lo sacan en hombros. ¿Quedó claro?
¿Dónde vivirlo?: en nuestra ciudad hay paraísos culinarios donde puedes comer como si no hubiera mañana y barato. Si eres fanático de la pizza, debes saber que hay un lugar en la que puedes comerla de forma ilimitada por $149 pesos. ¿Ya se te hizo agua la boca?, aquí la información:
Lujuria
Por último, y no por ser menos importante, este pecado se caracteriza por un desorden sexual incontrolado. Es decir, una compulsión o adicción extrema al sexo que… bueno, en teoría se refería al disfrute de lo que propiamente es el disfrute -en todos los sentidos- de lo que significa tener intimidad con otra persona.
¿Dónde vivirlo?: “surtirle la tiendita” a alguien no está mal, depende de cómo lo mires. El disfrute de nuestra sexualidad es meramente responsabilidad de quien la ejerce y no compete a nadie más -salvo si se trata de un menor, pero esa es otra historia-. Ahora que viene el 14 de febrero, ¿por qué no le das rienda suelta a tu imaginación, disfrutas de estos moteles y…?:
AQUÍ tú negocio