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Harley El Tuerto: el perrito Pug terapeuta del Hospital 20 de Noviembre
A través de redes sociales se popularizó el pequeño Pug llamado Harley El Tuerto, quien acude al Hospital 20 de noviembre para ayudar como terapeuta a los doctores durante la crisis del COVID-19.
¡Noticias que nos llenan los ojos de lágrimas y orgullo! Hay héroes que también son peludos; así lo demuestra el valiente Harley El Tuerto, un perrito Pug de tres años que funge como coterapeuta del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre del ISSSTE. Su función es aliviar a los médicos y enfermeras quienes pueden presentar síntomas de ansiedad, angustia y depresión.
Esta semana, el pug de de color café claro se integró al equipo de Psiquiatría, Paidopsiquiatría, Psicología y Neuropsicología de la institución; para atender o prevenir el Síndrome de Burnout o desgaste emocional y físico del personal de salud que brinda atención por la crisis sanitaria del COVID-19.
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Harley El Tuerto: un terapeuta peludo necesario en tiempos de COVID-19
De acuerdo con el reportaje de Laura Toribio para el periódico Excelsior, Harley comienza su jornada laboral a las 6:30 de la madrugada y termina a las 2:00 de la tarde. Realiza varios recorridos por el hospital en busca de ayudar a los doctores o enfermeros; quienes cubren largas jornadas de atención con el temor latente de contagiarse.
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Este co terapeuta perruno de color café claro se integró al equipo de Psiquiatría, Paidopsiquiatría, Psicología y Neuropsicología del Centro Médico Nacional “20 de Noviembre”https://t.co/73SM24NMTv vía @Excelsior
— Laura Toribio (@LauraToribio2) May 6, 2020
El pequeño Pug va totalmente preparado: con un traje de protección especial, botitas amarillas, goggles y careta. Hace un año este peludo amigo perdió su ojito derecho en un accidente; pero eso no lo detiene en su tarea diaria de amortiguar el estrés cotidiano del personal de salud.
Harley El Tuerto entrenó durante casi tres años, de manera puntual para su intervención en esta pandemia; además es un perrito que tiene las características que se requieren para esta labor. “Su personalidad es afable, sociable, ecuánime, no se altera con facilidad, puede tolerar el contacto social de manera muy significativa para realizar este tipo de intervención”; explicó la doctora Lucía Ledesma Torres, psicóloga y neurosicóloga de la clínica del 20 de Noviembre.
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La interacción con él es libre, todo el personal pueden jugar con el coterapeuta canino, cargarlo, acariciarlo y hay quienes prefieren únicamente observarlo. Cabe mencionar que el Pug toma todas sus precauciones, cuando llega a casa, la doctora Ledesma lo asea, le retira su equipo de protección personal, lo saca de paseo, le da comida y todo lo necesario para que descanse y esté listo para ayudar al día siguiente.
¡Un aplauso fuerte para todo el personal de salud y para este héroe inesperado de la pandemia!
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