Vivir la CDMX con 500 pesos es posible
¡Sí se puede! Aquí te decimos qué hacer en el DF con 500 pesos. Verás que el Centro Histórico te ofrece opciones buenas, bonitas y baratas.
¿Es fin de quincena y quieres salir? Te compartimos qué hacer en el DF con 500 pesos y no morir en el intento, ¡seguro la pasas muy bien!
Estamos a escasos días de que termine la quincena y si ya rascas tu cartera y sólo salen palomillas volando y un par de billetes que apenas suman una pequeña cantidad, queremos decirte qué hacer en el DF con 500 pesos… o bueno, en CDMX pues. Hay desde una vueltecita al Centro Histórico, ir al cine y quizá cerrar con una cena de campeones que consiste en tacos al pastor y una cerveza (o dos) o con un café rico y una rebanada de pastel en una cafetería.
¿Crees que no es posible hacerlo con $500 pesos? Te lo voy a demostrar.
Qué hacer en el DF con 500 pesos… ¡sí, es posible!
Me aseguré de tener mi bonito billete de $500 pesos con la cara de Diego Rivera estampada por un lado y a mi Frida Kahlo del otro y comenzar a caminar por la Ciudad. Hice mi primera parada en un tienda de conveniencia y me compré unas papas fritas con un agua mineralizada. Apenas me gasté $30 pesos y comencé mi camino real por el Centro. Evidentemente, no me iba a perder la inauguración del Filux y me quedé a ver el espectáculo de luces en el Palacio de Bellas Artes, pero sólo vi una parte, mucha gente, mucho frío y el hambre arruinaron el momento.
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Así que caminé con rumbo a Motolinía 33 para disfrutar del menú del día en La Bipo, ¡apenas alcancé! Por $85 pesos disfrute de un plato de jugo de carne, arroz blanco y pechuga asada con papas a la francesa, todo acompañado de sensuales tortillas hechas a mano (¡benditas sean!). Me bebí un vaso con agua de limón (incluído en el menú) y de postre había buñuelo de ate y queso. como aún era temprano, agregué una cerveza a mi estancia y vaya que descansó mi alma. Gasté $145 pesos ahí ($85 pesos por la comida, $60 por el alcohol) y todavía me restan $325 pesos.
Amo caminar por la ciudad, así que decido continuar el viaje con rumbo al Palacio de la Autonomía y el frío está terrible. ¡Pésimo clima!, pero eso no detendrá mi cita con la gran ciudad, así que me animo a entrar a comprar un café para calentarme y pago $55 pesos por él. ¡Delicioso!, digo, la verdad es que no me ayuda mucho pero le cae bien a mi estómago y a mis manos, que se quemaron cuando se me escurrió por no taparlo bien. Seguimos y me restan $270 pesos, ¡sobreviviré!
Mientras camino, observo como la gente realmente goza recorrer las calles del Centro. Algunos con prisa por llegar a casa, por llevar el pan recién salido del horno o para encontrarse por ahí con algún amigo o con la pareja. Pese a que dicen que la ciudad es insegura, veo niños correr y perderse entre los gritones que te ofrecen lentes y exámenes de la vista, o mejor aún tatuajes y perforaciones… ¿debería hacerme otro tattoo o perfo ya que estoy por ahí?
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Llego a mi destino y disfruto el montaje de Kai van Der Puij que tituló 11,5 Hz y me hace pensar en la reata… en el buen sentido, y es que parece que es aquel mecate con el que solíamos jugar en la primaria y es simplemente divertido. Aprieto el paso para también visitar el Museo Nacional de las Culturas y ver ‘Dresses’, del artista coreano Tae Go Kim, ¡recomendado! No pagué para entrar a estos lugares absolutamente nada así que conservo mis $270 pesos.
Quiero volver mañana con mis amigos así que decido llamarles y resulta que están en la Hostería la Bota, frente al Claustro de Sor Juana y como si mi abuela viniera detrás de mi con su temible chancla negra para darme en la pompas, llegó en un santiamén al lugar para comprarme unas tapas ($80 pesos) #PorqueGordo, y un par de cervezas ($120 pesos) me restan $200 pesos y mi presupuesto queda en $70 pesos, perfecto para tomar un taxi y volver a casa.
Y aún así me sobraron $10 pesos… #Win.