Lo que debes saber de Robert Doisneau, el fotógrafo de “El beso”

Seguro has visto la fotografía más famosa de Robert Doisneau: “El beso”. Zoom f7 te cuenta la historia de este fotógrafo

Por: Leslie Valle @sirenamacarena

La guerra nunca deja muchas cosas buenas, pero a pesar de lo sombrío y triste siempre hay genios que logran hacer surgir algo de vida y esperanza de entre los escombros. Tal es el caso del fotógrafo francés Robert Doisneau, quien a 106 años de su nacimiento sigue siendo reconocido por lograr capturar no sólo el París soñado sino la ensoñación de la vida en sí misma.

¿Quién no ha visto su obra más reconocida: el famoso retrato que congela a dos jóvenes a mitad de la calle que se besan apasionadamente mientras el mundo a su alrededor sigue avanzando (Le Baiser de l’Hôtel de Ville, El beso del Hotel de Ville o simplemente El beso)? Pero dejemos de lado la cara familiar, para descubrir algunos datos menos conocidos del fotógrafo francés:

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Su formación profesional no inició en el mundo de la fotografía

Comenzó en la tipografía, litografía y grabado en la École Estienne de París, pero fue hasta finales de la década de los 20 que realizó sus primeras fotografías. ¿Lo curioso? En estos primeros trabajos no aparecen personas, quién diría que años después sus retratos le abrirían las puertas de la fama.

Nunca se limitó a una temática 

Dentro del acervo fotográfico de Doisneau podemos encontrar imágenes de la ocupación nazi, de obreros trabajando en las fábricas, de personas divirtiéndose en las calles parisinas y hasta retratos de grandes personalidades como lo es Pablo Picasso. No por nada su estilo ha sido denominado como “realismo poético”.

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Aunque tuvo una vida al blanco y negro, también hubo una brillante etapa a color
Si realizas una búsqueda con el nombre “Robert Doisneau”, en seguida se desplegarán decenas de retratos en blanco y negro, porque la mayoría de su vida su trabajo se rigió bajo una escala de grises. Pero si buscas un poco menos a la ligera encontrarás Palm Springs, una serie realizada completamente a color en la que su melancolía y añoranza habitual se transformaron en ironía y cierto aire de superficialidad.

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Robert Doisneau y el cine 

Hubo una etapa en la vida de Doisneau en la que decidió experimentar con la magia del video y empezó a rodar varios cortometrajes para, finalmente, dirigir la película Les visiteurs du Square (1992).

Su carrera en el cine no sólo se limita al largometraje mencionado, sino que existen varias películas más en las que fungió como director de fotografía: El silencio es oro (René Clair, 1947); París 1900 (Nicole Védrès, 1947); Disparad al pianista (François Truffaut, 1960); y Un domingo en el campo (Bertrand Tavernier, 1984).

Por ello es tan importante su labor, porque Robert Doisneau retrató a través de sus propios sueños la realidad no sólo de una nación o un momento en la historia, sino que logró capturar el espíritu humano en sí mismo. Lástima que la grandeza de todo su trabajo se haya visto eclipsado por un simple beso.