Sal e Brasa, el paraíso carnívoro de espadas brasileñas en la Roma
Probamos Sal e Brasa CDMX: Cortes perfectos, cócteles creativos y una experiencia brasileña que te deja sin palabras.
Hay lugares que uno visita para quitarse el hambre y otros a los que vas a rendirle culto a la comida. Sal e Brasa pertenece a la segunda categoría. Un templo de espadas brasileñas donde la carne llega directo a tu mesa, jugosa, humeante y perfecta.
Por $599 puedes probar todos los cortes y guarniciones que imagines. Sí, todos, desde pollo y cerdo, hasta picaña, baby beef y cordero. Nosotros lo descubrimos recientemente y te contamos todo el detalle.

Sal e Brasa: una experiencia, de principio a fin
Arrancas en la barra de ensaladas, con una selección tan completa que podrías quedarte ahí toda la tarde: crema de langosta, sushi, quesos, embutidos, ensaladas, pastas… Pero te recomendamos controlarte, porque lo mejor está por venir.
Ya en la mesa, cuando enciendes la luz verde del semáforo, el desfile comienza.
Primero los mariscos —pulpo, ostiones Rockefeller, camarones— y luego los grandes protagonistas.

Nosotros probamos:
- Cortes de res, del cowboy al baby beef, todos en término medio (aunque puedes pedirlos a tu gusto).
- Picaña tradicional, suave, con ese sabor salado y honesto que solo tiene la carne bien hecha.
- Cordero, acompañado con jalea de menta, ideal para equilibrar el paladar.
- Jabalí al vino tinto, que llega con salsa de jamaica y frutos rojos. Este es su corte de temporada y es una joya, así que date prisa porque no durará mucho tiempo más.
- Panceta, perfecta, crocante por fuera y jugosa por dentro.
- Embutitos. Chorizo y calabraza para cerrar el desfile de sabor.
Lo mejor: aquí no hay marinados extraños o exagerados. El sabor proviene únicamente -como lo dice su nombre- de la sal y la brasa.

Hay muchas más opciones. Si prefieres, su carta de proteínas también incluye los corazones de pollo, muslos al vino blanco con finas hierbas, y el pollo carioca, que va con salsa de tomate, cebolla y parmesano gratinado.
Las guarniciones no se quedan atrás: coliflor rostizada, queso asado, aros de calamar, pan de ajo, piña caramelizada y portobello con picaña y salsa de tocino. Todo perfectamente equilibrado, sin pretensión, solo sabor real.
Sus postres y cocteles: el cierre perfecto
Cuando crees que no puedes más, llegan las fresas jubilee, que se preparan en tu mesa. Van en salsa de vino tinto, licor de cassis y brandy, flameadas y espolvoreadas con chocolate blanco. Dulces, tibias, aromáticas e irresistibles. Perfectas para compartir entre cuatro (o dos si el hambre sigue viva).
Spoiler: Nos contaron que éstas y las crepas son los postres favoritos de Denisse de Kalafe, quien por cierto, ama visitar Sal e Brasa.
La gran sorpresa en esta churrascaría brasileña fueron las bebidas. Probamos el Salloween, una mezcla deliciosa de mandarina, albahaca, maracuyá y mezcal, escarchado con carbón activado y decorado con un ojo, de gomita por supuesto. Una idea terroríficamente buena que reúne el otoño y el día de muertos en una bebida con show incluido, porque también va flameada. Una ovación de pie para el mixólogo, por favor.

Pero no nos creas. ¡Descúbrelo por ti mismo! Sal e Brasa es esa experiencia que hace que valga la pena romper la dieta, gastar un poco más y salir sonriendo con el estómago feliz. Un lujo inesperado que sabe a fuego, a sal y a Brasil.
No por nada tiene 4.9 estrellas en Google Maps. Y sí, suele tener lista de espera. Pero te contamos un secreto: la sucursal Roma Norte es un oasis donde no tuvimos que hacer fila. ¡No lo comentes, que quede entre nosotros!
¿Dónde? Sal e Brasa, Sucursal Roma Norte. San Luis Potosí 134, Roma Nte., Cuauhtémoc, CDMX.
¿Cuánto? $599 por persona en buffet completo de carnes, barra de ensaladas y guarniciones. Bebidas y postres a la carta.
Otras sucursales:
Insurgentes: Av. Insurgentes Centro 744, Col. Del Valle, Benito Juárez, CDMX.
Reforma: Río Atoyac 89A, Cuauhtémoc, CDMX.
Dónde Ir