5 Leyendas de México: conoce a los fantasmas de nuestro país

Imagina que estás de vacaciones, vas caminando tranquilamente por un parque en la noche, pero nadie te advirtió que ahí, cuenta la leyenda, se aparece una señora que fue asesinada por su marido, y de pronto algo se aparece delante de ti…

No sabemos qué puedas ver, pero es posible que te den un susto. Para que no te agarren por sorpresa, te damos a conocer algunas de las leyendas de México más populares de fantasmas que rondan en nuestro país, y si no crees en eso, para que al menos conozcas sus historias. 

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El Callejón del Beso en Guanajuato

Este callejón se ganó su fama debido una joven llamada Carmen, que sería obligada a casarse con un hombre mayor y rico, a quien no amaba, pues estaba enamorada de un joven llamado Luis.

La desesperación de la pareja por comunicarse y encontrar una solución fue tal, que Luis compró la casa de al lado de su amada porque los balcones de ambas casas estaban tan cerca que desde ahí podían hablarse. En un momento en que Luis y Carmen estaban juntos, hablando de balcón a balcón, llegó el padre de Carmen enfurecido y le clavó una daga a su hija… en los últimos minutos de vida de su amada, Luis alcanzó a darle un beso.

La leyenda dice que las parejas que lo visiten tienen que darse un beso en este callejón para evitar la mala suerte.

El autobús Fantasma en Toluca

La antigua carretera de Toluca hacia Ixtapan de la Sal solía ser muy peligrosa por estar trazada en un tramo a la orilla de un profundo precipicio de roca sólida. En una noche lluviosa un autobús perdió el control, los frenos fallaron y cayó al abismo. De este hecho trata una de las leyendas de México que, seguro, no conocías. 

La mayoría de los pasajeros iban dormidos, algunos de ellos murieron al momento en que cayó el autobús, y los demás, cuando éste se incendió. La leyenda dice que ese autobús ronda por esa carretera (se distingue por ser un camión antiguo y porque sus pasajeros van despiertos, pero sin hablar) y que da aventón a quien lo pide, pero que antes de llegar a la terminal, el chofer pide al pasajero que se baje y momentos después desaparece.

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El Callejón del Diablo en Campeche

Desde que existe este callejón la gente le ha temido y evita pasar por ahí lo más posible. Una noche, unos valientes se atrevieron a caminar por el callejón. Cuando iban a la mitad del camino, vieron una figura recargada en el tronco de uno de los árboles, al acercarse a ver qué era aquello se dieron cuenta que era un ser maligno, con cola, que reía malévolamente.

El rumor corrió por el pueblo, y entonces la gente comenzó a llevar al lugar de la aparición ofrendas como joyas u objetos de valor, los cuales desaparecían al día siguiente. Otro grupo de valientes, que se negaron a creer en la visión del ente maligno, atravesaron por el callejón. Cuando llegaron al árbol, el diablo los estaba esperando, y al verlo salieron corriendo.  

El árbol de la Bruja Triste en Guerrero

En un cerro cerca de un rancho que se llamaba el Centro, se decía que las brujas se convertían en animales para chupar la sangre al que pasará por ahí.

Un señor que no creía en eso, y que siempre cuidaba su ganado en compañía de su pequeño nieto, una noche dejó a éste dormido mientras iba a buscar leña; en medio de su tarea, al escuchar la voz de una mujer, corrió a buscar a su nieto. Al llegar a donde lo había dejado, se encontró con una lechuza que los miraba. Cuando el hombre intentó atacarla, el animal se acercó al niño, y el abuelo se lanzó a su vez sobre el pequeño para protegerlo al tiempo que rezaba. En ese momento la lechuza se convirtió en mujer.

El abuelo la atacó para ahuyentarla, mientras la bruja, llorando, le pedía que no revelara su secreto. El abuelo no hizo caso de su súplica y lo reveló. A partir de entonces  se escucha el llanto de la bruja sobre un árbol que hay en ese sitio.

La leyenda de la pasajera fantasma en Yucatán

Se cuenta que a espaldas del Palacio Municipal una joven, que lleva su equipaje en una caja y unas flores, se aparece pidiendo una calesa para llegar a la colonia Rosario. La mujer siempre paga con un billete de doscientos, pero al no tener cambio los conductores, la chica les pide que vuelvan al día siguiente a recogerla en el mismo sitio.
Cuando los conductores regresan y tocan la puerta para preguntar por ella, les dicen que ahí no vive ninguna mujer, que hubo una, pero que ésta se suicidó tras la muerte de su hermano. Al sacar los conductores el billete de doscientos pesos se dan cuenta que no es más que una hoja en blanco.

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