Deseo, pasión y sexo: 10 libros eróticos que debes leer 

Entre las muchas libertades que ofrece la literatura,  además de abarcar múltiples temas, está sin duda su inherente capacidad de provocar al lector, ya sea a través de narrativas enfocadas al horror, el misterio, la fantasía y, por qué no, el placer, que logra a través del erotismo.  Si bien es un tema que rodeado de tabús y ha sufrido de censura, a lo largo de los años, pero lo cierto es que al igual que cualquier otro ejercicio imaginativo, el arte de lo erótico es parte de  la tradición literaria. Por ello te dejamos 10 libros eróticos que necesitas en tu biblioteca personal. 

Las huellas de Juan Rulfo en CDMX: sus calles, colonias, cafés y más

Trópico de Cáncer, de Henry Miller

Esta obra de Henry Miller es un monólogo en el que el autor habla de su bohemia aventura parisina, centrada tanto en sus experiencias sexuales, descritas con enorme franqueza y detalle, que se entrelazan con las reflexiones sobre la situación del ser humano en un mundo en crisis.

Publicada por primera vez en 1934 en París, es considerada por la crítica como la mejor obra de Miller: una pieza maestra de la literatura del siglo XX y de las más influyentes de la literatura inglesa, aplaudida por escritores tan distintos como T.S. Eliot, George Orwell, Gore Vidal, Norman Mailer o Lawrence Durrell.

La casa de las bellas durmientes, de Yasunari Kawabata

Una perturbadora y a la vez soberbia meditación sobre la sexualidad y la muerte, narrada desde la visión del viejo Eguchi, quien cuenta sobre sus visitas a una casa de citas para ver los placeres que allí se ofrecen gracias a unas jóvenes dormidas, con la singularidad de que existe la única condición de no tener contacto con ellas que, narcotizadas por la dueña del burdel, siempre están dormidas. 

Una historia llena de deseo, lujuria masculina, senectud y violencia. El viejo Eguchi, además de deleitarse con los bellos cuerpos de las jóvenes dormidas, rememora su relación con las mujeres de su vida: su esposa, su madre, su amante, sus hijas.  

La novela escrita por el premio Nobel  Yanuri Kawabata, es un deleite para que el lector que además abarca motivos tradicionales y modernos de la estética japonesa. Como dato curioso, Gabriel García Márquez estuvo siempre fascinado por ella. De hecho se basó en su argumento para escribir Memoria de mis putas tristes y confesó que ésta fue la única novela japonesa que le habría gustado escribir.

Elogio de la madrastra, de Mario Vargas Llosa

El erotismo se mezcla con el arte en esta novela erótica del Premio Nobel de Literatura de 2010, Mario Vargas Llosa. Escrita en 1988 la historia nos cuenta cómo los sentimientos de un niño por la nueva esposa de su padre, acaban en una situación descontrolada cuando la atracción física que siente por ella acaba siendo compartida también por su madrastra. 

La trama que abarca el complejo de Edipo, se extiende más allá de los personajes con capítulos que describe una pinacoteca desde la que el autor da rienda suelta a las posibles fantasías sexuales que suscitan las pinturas. 

Justine o Los infortunios de la virtud, del Marqués de Sade

Escrita mientras Sade permanecía encarcelado en la bastilla, a finales del siglo XVIII, Justine es sin duda un clásico imprescindible entre los libros eróticos. 

El propio Sade describe las intenciones de su obra: “…atreverse en resumen a las descripciones más osadas, a las situaciones más extraordinarias, a los pensamientos más espantosos, (…) con el único fin de obtener de todo ello una de las más sublimes lecciones de moral que el hombre haya recibido jamás”. El Marqués siguió escribiendo sobre un tema para él fascinante con su trilogía erótica que complementan Juliette  y los 120 días de Sodoma (tal vez la obra más transgresora de la historia de la narrativa erótica mundial.)

Teleny, de Oscar Wilde

La novela pornográfica homosexual que se convirtió en la obra maldita de Oscar Wilde. El aclamado autor terminó en la cárcel por esta obra que cabe mencionar que en 1893, se publicó por primera vez en dos volúmenes y sin nombre de autor. 

En Teleny, Wilde, el autor hace un dibujo de sí mismo y en la que a manera de autorretrato narra un reflejo de la ambivalencia de sus deseos: un seductor insistente y un infiel constante, un celoso enamorado y un amante enardecido, un iniciador en los juegos eróticos y un discípulo aventajado. Si su desprecio por las leyes de la sociedad victoriana habían de costarle la cárcel y el entierro en vida, la confesión novelada de sus amores iba a convertir a Teleny en su obra prohibida y en vano silenciada del autor de El retrato de Dorian Gray.

Ada o el ardor, de Vladimir Nabokov

La osada pluma de Nabokov relata en esta obra maestra, el amor incestuoso entre Ada y Van, hermanos que inicialmente ignoran su parentesco real, y que comienzan sus primeras exploraciones sexuales siendo poco más que niños. 

La novela salió a la luz cuando Nabokov cumplió setenta años. Con una historia emotiva, hedonista, compleja y un tanto a modo crónica familiar,  Ada es un tratado filosófico sobre la naturaleza del tiempo, una paródica historia del género novelesco, una novela erótica, un canto al placer y una reivindicación del Paraíso entendido como algo que no hay que buscar en el más allá sino en la Tierra.

El amante, de Marguerite Duras

Esta novela autobiográfica de Marguerite Duras, narra la intensidad del deseo, que parte del amor entre una adolescente de quince años y un rico comerciante chino de veintiséis.

Las guionista de “Hiroshima con amour”, obtuvo en noviembre de 1984, el prestigioso Premio Goncourt con esta historia aprendizaje, uque parte desde el viaje de un joven por su descubrimiento del deseo sexual, que a la vez demuestra el poder de su feminidad y el deseo vital como una mujer que se sitúa frente ante el mundo con valentía y decisión.

Emmanuelle, de Emmanuelle Arsan

Novela considerada en su momento en Francia, y en todo el mundo, como escandalosa, condenada prácticamente a la clandestinidad, es en la actualidad un clásico dentro de los libros eróticos.

Emmanuelle es la jovencísima esposa de un ingeniero, Jean, que por motivos de trabajo la espera en Tailandia. Ya en el avión que la traslada a Bangkok, Emmanuelle comienza a vivir el prólogo de lo que le espera en el exótico país al que se dirige. Una vez allí será introducida en la colonia de europeos que residen en Bangkok: un mundo refinado, selecto y restringido que está entregado al disfrute de todos los sentidos.

Allí Emmanuelle disfruta de una filosofía natural y optimista de la vida, y de la mano del italiano Mario, maestro en las artes amatorias, da rienda suelta a su felicidad: hacer el amor a todas horas, en cualquier circunstancia, con quien sea, mujer, hombre, en singular o en plural, con cualquiera que se lo pida y que a ella le guste.

Calle Dublín, de Samantha Young

La escritora escocesa Samantha Youg dió un giro a sus habituales novelas de género paranormal, fantástica y contemporánea, y triunfó en el mundo de los libros eróticos. Su primera novela en este género fue Calle Dublin.

Young sitúa la historia en Edimburgo donde se traslada la protagonista buscando dejar atrás un trágico pasado en Estados Unidos. Pero su buscada estabilidad emocional se tambalea cuando conoce al hermano mayor de su compañera de piso. Él es Braden Carmichael, un hombre que siempre consigue lo que quiere y lo que quiere ahora es Jocelyn Butler. Sabedor de que Joselyn no quiere una relación amorosa le propone dar rienda suelta al deseo que ambos sienten, sin dejar que su relación vaya más allá del sexo. Joselyn acepta, sin imaginar que el guapo escocés se enamorará de ella sin remedio.

La Pasión de Mademoiselle S., Anónimo

La pasión de Mademoiselle S. es un relato real, de auténtica lujuria, vivido en el bullicioso París de los años 20. Jean-Yves Berthault era un diplomático que encontró las cartas de la misteriosa Simone, mientras ayudaba a una amiga a vaciar un antiguo desván. Escritas en un lenguaje tan elegante como explícito, están firmadas por Simone y dirigidas a su objeto de deseo, Charles, su joven amante con quien mantenía una relación prohibida, pues él estaba casado. Se publicaron sesenta de las doscientas que encontró en un estuche de piel y escritas a mano.

Simone, una parisina de clase alta, relata en ellas sus deseos y fantasías mientras se adentra en un mundo de placer físico derribando tabúes que la conducen a lugares inesperados.

Estas cartas son un viaje por el mundo sexual y la psicología de una una mujer valiente que desafió las fronteras impuestas por la sociedad, a su sexo y clase social, para encontrar la libertad y a través de ella encontrarse a sí misma. Considerado el mejor entre los libros eróticos franceses.

BONUS: El Kamasutra, de Mallanaga Vatsyayana

No podía faltar entre los libros eróticos este antiguo texto hindú que no es un manual de posiciones sexuales, sino un complejo tratado sobre el comportamiento sexual humano, el arte de vivir, orientado a la sexualidad más refinada. Su autor  vivió entre el 240 y el 550 d.C. Vatsyayana define el sexo como una unión divina, que se consigue a través de doce maneras básicas de hacer el amor y ocho posiciones principales. El Kamasutra tiene un total de sesenta y cuatro «artes», que es el nombre que da el autor a la combinación de una forma de hacer el amor con una determinada posición.