El Museo Memoria y Tolerancia existe para hacernos cambiar como sociedad y no repetir la historia que nos ha marcado, para darle un alto a la violencia.
En estos días donde ser mexicano, indígena, musulmán o de Conalep es razón para ser discriminado, el Museo Memoria y Tolerancia se erige para recordarnos las épocas oscuras de donde venimos.
Mientras que el candidato Trump nos hace el feo; otros marchan por las calles del país en “defensa” de la familia natural, las redes sociales se llenan de “ladies” y “lords” llenos de soberbia… la discriminación y la intolerancia se han vuelto el pan de cada día en nuestra sociedad.
Sin embargo, existe un lugar en la CDMX para reflexionar y difundir la importancia de la tolerancia, la no violencia y los derechos humanos por medio del uso activo de la memoria histórica, enfocada particularmente en alertar sobre el peligro de la indiferencia y crear responsabilidad social. Hablamos del Museo Memoria y Tolerancia, un sitio especial al que tienes que ir abierto, de corazón y mente, para conocer la historia de los crimen lesa humanidad y cómo no volver a repetirlos.
Este museo existe para que los asistentes puedan crecer sus valores personales, con énfasis en la tolerancia y el respeto, para lograr una convivencia social más sana y comprometida con su entorno, tanto en lo educativo como en la creación de conciencia que derive en acción social activa.
Además de las exposiciones temporales, encontrarás dos permanentes; la primera Área Memoria habla sobre los genocidios que se dieron durante el siglo XX, específicamente el Holocausto, Ruanda, Guatemala y Camboya. Cabe aclarar que el museo no pretende generar una jerarquización del mal, del sufrimiento de las víctimas y mucho menos de la gravedad del crimen que ya está tipificado ante la Corte Penal Internacional desde 1948.
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También encontrarás el Área Tolerancia, un espacio de reflexión social con varias salas que invita al asistente a analizar temas como el diálogo, la discriminación, la riqueza de la diversidad, actos que inspiran entre otros. Claro, en esta zona se hace referencia a los pueblos indígenas y a los inmigrantes que le dan sabor e identidad a nuestro país pese a ser de los más discriminados. Aquí también conocerás algunos de los proyectos sociales que trabajan con la finalidad de marcar un punto y aparte y ser la diferencia para la construcción de un mejor y más justo país.
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Así que ya lo sabes, si en tu vocabulario reinan palabras como “nac@”, “priet@” y no te gustaría convertirte en “lady” o “lord”, visita este museo y cambia tu forma de ver el mundo.
Si aún así #TeFaltaBarrio, te invitamos a dar un recorrido por Garibaldi, una zona especial del Centro Histórico que no te debes perder
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