7. La Cocina (Dir. Alonso Ruizpalacios)
En La Cocina, Alonso Ruizpalacios nos sumerge en el torbellino de un restaurante neoyorquino, donde la vida de los inmigrantes se cocina a fuego lento entre la ansiedad, la lucha y la desesperación. Basada en la obra The Kitchen de Arnold Wesker, la película sigue a el romance prohibido entre Pedro (Raúl Briones) y Julia (Rooney Mara); quienes se encuentran atrapados en una espiral de tensiones laborales y emocionales. Con su estilo fílmico crudo y una cinematografía en blanco y negro que intensifica el caos, el director de Güeros (2014) ofrece una crítica social mordaz sobre la explotación de los trabajadores invisibles. Todo mientras la retrata con una locura visceral detrás de cámara
6. Babygirl (Dir. Halina Reijn)
Resultaba algo casi imposible, pero Nicole Kidman volvió a darnos un drama erótico de época a 25 años de Eyes Wide Shut (1999) de Stanley Kubrick. Dirigida por Halina Reijn, Babygirl trata sobre el deseo sexual oculto detrás de una fachada de poder en un juego de seducción donde la perfección se desmorona. Romy, interpretada por Kidman, vive atrapada entre su imagen pública como CEO de una empresa y sus impulsos más oscuros, hasta que Samuel (Harris Dickinson), joven interno, la obliga a enfrentar su vulnerabilidad. La tensión erótica entre ellos no solo es palpable y desafía las normas, sino que cuestiona los límites de lo moral y lo inmoral.
5. A Different Man (Dir. Aaron Schimberg)
La transformación de Edward (Sebastian Stan) en A Different Man, nos lleva a un viaje psicológico inquietante en el que la obsesión por la apariencia y la identidad se enfrentan a las profundidades del ser. Con un tono surrealista y elementos de fábula al puro estilo de David Lynch, la cinta de Aaron Schimberg explora la ironía de creer que un cambio externo puede sanar el alma. Aunque la actuación de Stan es de primer nivel, Adam Pearson (Oswald), es quien se roba los focos hasta darle vida al filme con una presencia magnética. Este relato, oscuro y lleno de humor ácido, desafía las nociones de belleza y éxito, dejando al espectador con una sensación de inquietante reflexión.
4. Dune 2 (Dir. Denis Villenueve)
¿La obra de ciencia ficción más impresionante del siglo XXI? De la mano del visionario cineasta francés Denis Villeneuve, Dune: Parte 2 es una de las producciones más épicas de los últimos tiempos. Quienes vieron este título en la pantalla grande, no nos dejarán mentir que se trató de un evento generacional en el que volvimos al deslumbrante planeta Arrakis. Además de la experiencia visual, la trama centrada en Paul Atreides (Timothée Chalamet), Chani (Zendaya) y Feyd-Rautha (Austin Butler) se encuentra repleta de guerra, poder y una mitología universal. Cada escena, dirigida con maestría, es un festín visual que explora temas de venganza, amor y lucha contra la opresión.
3. Queer (Dir. Luca Guadagnino)
En las hipnóticas noches de la Ciudad de México de los 50's, el deseo se desliza como una sombra esquiva entre dos hombres perdidos en sus propias obsesiones. Con su más reciente proyecto basado en la novela de William S. Burroughs, Luca Guadagnino fusiona erotismo y distancia emocional, mientras los cuerpos se buscan y se eluden en un juego de seducción interminable. Daniel Craig y Drew Starkey construyen una tensión sutil, donde el amor se desvanece al contacto, incapaz de sanar las heridas invisibles del alma.
2. Anora (Dir. Sean Baker)
La belleza de lo ordinario es una herramienta fundamental para entender el cine de Sean Baker. Justamente, esto se percibe en Anora. Largometraje protagonizado por la sensacional Mikey Madison que interpreta a Ani. Joven que trabaja en un club para adultos y que, mediante una sonrisa esplendorosa, nunca se cansa de bailar en el límite entre la necesidad y el deseo de una vida mejor. Con este trabajo, la actriz estadounidense nos regala una actuación digna de Oscar; fuerte, frágil, luminosa y rota. Lo que da como resultado una fábula moderna donde los sueños son lo más importante de la vida.
1. La Sustancia (Dir. Coralie Fargeat)
Finalmente, la joya absoluta de la corona. Todas y todos hemos imaginado con una versión mejor de nosotros mismos. En un mundo donde el cuerpo se convierte en la última frontera de la juventud eterna, *La Sustancia* emerge como un inquietante espejo de nuestras obsesiones más oscuras. La lucha de Elisabeth (Demi Moore) y Sue (Margaret Qualley) refleja la dualidad entre el brillo de la juventud y la cruel decadencia del paso del tiempo, mientras sus cuerpos se transforman en el escenario de una grotesca metáfora sobre la belleza y el envejecimiento. Con una dirección que evoca lo mejor del cine de David Cronenberg, Gaspar Noé y Nicolas Winding Refn, Carole Fargeat ofrece una visión aterradora del horror corporal, donde la fragilidad humana se expone sin piedad. Además de que es acompañada por actuaciones a cargo de Demi Moore y Margaret Qualley que marcan un hito en el cine contemporáneo.