Entrevista con Björk previo a sus conciertos en CDMX

Montar “Cornucopia” le tomó 10 años a la artista islandesa. El show, que ella misma califica como el más elaborado, empezó a gestarse desde 2011, cuando lanzó Biophilia. Ahora, casi 10 años después, la compositora, escritora y actriz llega a Ciudad de México con una propuesta multidisciplinaria cuya realización incluye a más de 90 personas, aunque mantiene el mismo espíritu punk de cuando tocaba con The Sugarcubes.

• ¿Dónde? Parque Bicentenario: Av. 5 de Mayo 290, San Lorenzo Tlaltenango.
• ¿Cuándo? Sáb. 17, mar. 20, vie. 23 y mar. 27 de agosto 2019.
• ¿Cuánto cuesta? Zonas: Negra, $1,500; Magenta, $2,000; Amarilla $4,500, Azul, $6,500 y Roja, $10,000.

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Entrevista con Björk por su visita a Ciudad de México

Bajo el concepto del cuerno de la abundancia, el cual representa prosperidad total, Björk sólo ha presentado ese show en Nueva York con un coro de 50 personas, un septeto de flautas, una batería, percusiones, un arpa, 15 bailarines, animaciones y un sistema de audio envolvente de 360 grados. Con tal despliegue, la artista considera que la tecnología es totalmente necesaria para vivir y expresarse, pero también apuesta por sacar todo esto del mundo digital y llevarlo a un escenario tangible.

Conversamos con Björk sobre “los viejos tiempos”, las plataformas de streaming y de cómo es capaz de “tocar el cielo y el infierno” entre un disco y otro.

¿Es “Cornucopia“ tu trabajo más ambicioso de todos?

Yo digo que es el más complejo. Con Biophilia hice un trabajo con distintas aplicaciones. Se grabó en 10 cuartos donde pusimos en marcha un programa, y sólo lo podías escuchar en tu teléfono, eso fue complicado. Después vino Vulnicura, que implicó mucho la utilización de otros programas digitales. Luego de todas esas experiencias decidí sacar todo lo que hice dentro de lo digital a la realidad. Por primera vez estoy presentando un performance en vivo en un teatro real. Estoy muy emocionada.

¿El proyecto es para alguna audiencia en especial?

No. Siempre me he sentido bendecida con la gente que se interesa por mi trabajo. De hecho, me gusta ver que asiste un público variado. Creo que la audiencia que se acerca es muy independiente y le gusta decidir por sí misma. No me gusta decirle a nadie cómo debe percibir mi trabajo, ellos son inteligentes y los respeto profundamente. Quiero que traten a mi audiencia como me tratan a mí, como buenos amantes de la música.

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¿Cuánto duró la preproducción de este show y cómo lo lograste? 

De alguna manera empecé todo esto en Biophilia, es decir, hace casi 10 años, porque las ideas comenzaron a surgir ahí, pero en realidad el montaje se dio desde hace un año y medio cuando ya encausamos las canciones especialmente para este show. Durante un festival en el verano pasado, que hice en Europa, pude ir montando toda la coreografía de ahora con los flautistas tocando y una versión más tranquila de la música.

“Cornucopia2, ya con todos sus elementos, se dio cuando empecé a trabajar con Tobias Gremmler, quien es el artista visual detrás del montaje. Empezamos hace dos años a realizar algunas animaciones y, además, siempre estuve trabajando con la cineasta argentina Lucrecia Martel y con James Merry en la parte del vestuario. Comenzamos a desarrollarlo en forma desde enero de 2015, cuando salió Vulnicura y empecé a escribir Utopia.

Recientemente liberaste en cassette toda tu discografía ¿qué representa para ti la tecnología y de qué forma la usas en estos tiempos?

Somos humanos que consumimos música desde toda la vida, es parte de nuestras vidas y por supuesto que la forma de escucharla tiene que evolucionar. Me gustan las plataformas de streaming por su inmediatez, pero también estoy segura de que hay que pagar lo justo por usarlas y, como artista, no dejar de cobrar de manera justa, espero que la gente que las usa esté de acuerdo en que hay que pagar por ella.

Para mi es importante recordar cómo fueron evolucionando los formatos, pero también es bueno saber que no durarán para siempre, no debemos renegar de los cambios, está bien, es parte de la naturaleza. Lo mejor de todo esto es que la voz humana y la música siempre estarán presentes en el formato que sea. Gracias a la música podemos expresar nuestras emociones.

En este momento, ¿tu trabajo tiene tintes punk como al inicio de tu carrera? 

Por supuesto, todo el tiempo. En mi trabajo persiste el mismo modelo de negocio con el que empecé, incluso, sigo con el mismo manager, la misma compañía discográfica. La forma en que me manejo con el tema del dinero en relación con la música es el mismo, muy libre y sin presiones. Además, permanecemos con el mismo estilo al momento de producir todo. La distribución de mis obras y la construcción de los shows se hacen en compañía de las mismas personas y eso es muy punk. Esto no es acerca de una comercialización o de profecías en el medio, se trata más de conectar con el espíritu de la gente y ellos pueden ver eso en mis proyectos. Tampoco se trata de hacer mucho dinero, sino de registrar obras que trasciendan.

Después de tantas experiencias e historias ¿extrañas algo de la época con The Sugarcubes o tal vez de cuando iniciaban los 90?

No, cada tiempo es distinto y trae buenas cosas consigo, si no puedes dejar el pasado todo se complica. En mi caso cada época ha sido extraordinaria, aunque haya tiempos difíciles; me emociona en donde estoy ahora y enfrento todo con la misma pasión, e incluso, con el mismo miedo al peligro. No hay muchos cambios, siento que cada período de mi carrera tiene muchas similitudes con los otros.

Ésta será tu cuarta vez en México. ¿Cómo te sientes con este tipo de público?

La gente aquí es emocionante, hace dos años estuve por acá y es bastante inusual para mí regresar al mismo lugar en tan poco tiempo, pero la verdad es que amo este país por la vibra que el público transmite. Estoy muy emocionada por estar muy cerca de presentar un nuevo show.

¿De dónde sale la inspiración para Cornucopia?

• El vestuario y los accesorios de “Cornucopia” son creación de Olivier Rousteing, el director de la casa de moda Balmain; y James Merry, artista de bordado. También hay algunas piezas de la diseñadora digital Irisvan Herpen.
• El término “Cornucopia” proviene de la mitología griega; aludeal cuerno de la abundancia, que simboliza prosperidad. “Body Memory” es una de las canciones que mejor representan el término.
• Cuatro flautas transversas, un segulharpa, un aluphone, un xylosintetizador, un violín multi piezoelectric y un órgano con pipas especiales de hasta 360kg, son algunos instrumentos que se escucharán en el espectáculo.

Björk regresa a CDMX en 2019 con el show Cornucopia ¡ya hay precios!