¡Felices 20 años Vive Latino! Un recuento histórico

El festival más longevo de la ciudad, Vive Latino, cumple dos décadas de vida, te llevamos a un recorrido por su historia

Hace 20 años nuestra vida cambió para siempre con el lanzamiento de la primera edición del Vive Latino, el festival más importante de Iberoamérica. Hoy, celebra dos décadas de presentaciones memorables, cientos de himnos musicales coreados, baile desenfrenado, slams, lluvias de cerveza, tropiezos, aprendizajes, rock, ska, reggae y hasta trap.

Aquella primera edición reunió 42 actos musicales, entre los que estuvieron figuras como Café Tacvba, Molotov, Maldita Vecindad, El Tri, El Gran Silencio, Control Machete, Julieta Venegas y Los Tres, entre otros. El cartel que invitaba a dicha fiesta prometía “¡dos días de puritito rocanrol!”.

El nacimiento de un Gigante: 20 años del Vive Latino

Así fue como inició todo, así se gestaron los comienzos de esta leyenda: a finales de la década de los 90 ya existía toda una generación de músicos consolidados en el rock mexicano: los Tacvbos ya contaban con tres discos y su Unplugged, así como con éxitos clásicos; El Tri celebraba 30 años de trayectoria, y Molotov causaba controversia con ¿Dónde jugarán las niñas?

Talento sobraba, lo que hacía falta eran plataformas de exposición para el rock en español. De esta necesidad y como influencia de los festivales europeos — Coachella aún no existía, y Lollapalooza era más bien itinerante—nació el Festival Vive Latino, bajo la idea de Jordi Puig.

Claro, podemos decir que Avándaro podría considerarse como uno de los antecedentes del Vive, el primer festival masivo de rock que se celebró en México en septiembre de 1971. Aunque en realidad se trató del preámbulo de una carrera de autos que terminó por cancelarse debido a la cantidad de gente que se reunió en el pequeño poblado del Estado de México. El mensaje fue claro: el rock le interesaba al público, a pesar de que tanto los conciertos como el género eran satanizados por el gobierno.

Parte de la prohibición y la clandestinidad de los eventos de rock en el país se debía a su relación con el activismo social. Así, por ejemplo, se formó el colectivo Serpientes Sobre Ruedas, que recurrió a los músicos para dar a conocer sus denuncias, recaudar apoyo para comunidades indígenas y, al mismo tiempo, organizar shows en escuelas, principalmente en Ciudad Universitaria. Por ahí desfilaron agrupaciones como La Lupita, Maldita Vecindad, Tijuana No!, Caifanes, Víctimas del Dr. Cerebro y más.

Cabe mencionar también la relevancia del festival De la Raza pa’ la Raza, y foros como Rockotitlán dentro del rock mexicano, que de igual forma fueron base para la creación del Vive Latino.

Con tan pocos precedentes, crear un festival con la magnitud del VL, parecía ser un riesgo. Claro, después de los primeros minutos de anunciar su formación, inmediatamente llamó la atención del público: imaginen ver en un sólo lugar las bandas más relevantes del momento por sólo 180 pesos.

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Ahora el Vive no sólo es un espacio musical, ha evolucionado a un escaparate para la cultura continental que exhibe diferentes manifestaciones artísticas: cine, street arte y conferencias. Lo que sigue intacto es el sentimiento de fiesta que durante 20 años se ha convertido en símbolo de la ciudad.