Rosalía renace en LUX: una misa pop para los tiempos inciertos
En LUX, Rosalía deja atrás Motomami para ofrecernos un álbum luminoso, poliglota y profundamente humano, donde la fe y el arte se funden.
Aparece Rosalía, con su halo dorado marcado en la oscura cabellera. Sonríe y da las gracias por escuchar su nuevo disco, LUX. La era Motomami ha quedado atrás: la cantautora catalana inaugura un nuevo momento en su carrera.
Hubiera sido muy fácil hacer un Motomami 2.0, seguir la senda del éxito que generaron sus materiales anteriores, pero Rosalía no tiene un ADN complaciente. Fue audaz al entregar una pieza de autora que mezcla sus tintes flamencos y traperos con música coral, orquesta sinfónica y cantos gregorianos.
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Una revelación llamada LUX
¿New Age? ¿Música eclesiástica? No vale la pena etiquetar lo que escucharás en LUX: es un viaje —literal— en el que Rosalía trabajó durante más de tres años, leyendo como nunca e inspirada en mujeres místicas y santas.
Lo que más ha llamado la atención es que se aventuró a componer y cantar en 13 idiomas diferentes. El público podrá escucharlo el 7 de noviembre. Aquí te damos las primeras impresiones del disco que todo el mundo querrá escuchar, aunque tal vez no todos logren entender.
Durante la conferencia en CDMX, la artista confesó que el proyecto nació de una búsqueda espiritual más que de una ambición comercial:
“Este disco está hecho desde el amor y sobre el amor. Es mi manera de entender al otro, y al hacerlo, entenderme a mí misma.”
¿Una experiencia religiosa?
Y sí, la frase de un compatriota de Rosalía queda perfecta para describir lo que fue escuchar por primera vez LUX.
Tuvimos la oportunidad de asistir a un listening del álbum y, al finalizar, la mismísima Rosalía respondió las dudas e inquietudes de los medios de comunicación sobre su más reciente material.
Cuando comenzaron a sonar las bocinas me sentí un poco como en misa. Me impactó el sonido coral, las capas que esconden percusiones que asemejan los latidos de muchos corazones, el ritmo y la cadencia de fondo. Pero, en primer plano, la peculiar voz de Rosalía.
“Sexo, violencia y llantas” arranca con un sufrir, un lamento, esa forma de cantar que homenajea a las grandes flamencas. Luego se siente como un rezo, la enunciación de afirmaciones o mantras…
Me quedó grabada la frase: “Mi corazón nunca ha sido mío.”

“Berghain”: el sencillo que es una declaración de principios
“Berghain” nos fulminó, primero por la rareza de ver a Rosalía junto a la Orquesta Sinfónica de Londres, acompañada de Björk e Yves Tumor. Cantos en alemán, inglés y español. Y sí, para entrar al viaje LUX requerirás pasaporte y visa.
Por momentos se siente el vértigo de cambiar de una lengua a otra, de canción en canción. En total, Rosalía compuso e interpretó temas en 13 idiomas a lo largo del álbum.
Fue una decisión explícita y consciente: quería meter el mundo entero en un disco. ¿Ambiciosa? A mi parecer, sí, pero también bien lograda, aunque da un poco de mareo cambiar el chip e intentar comprender cada lírica.
Es un aspecto fundamental para Rosalía; en conferencia comentó que las letras son el eje del proyecto:
“Es un disco en el que, a veces, iba antes la palabra que la música. Es como si, en este proyecto, la música estuviera al servicio de las palabras, del texto”, puntualizó.
Y “Berghain” es el interludio de una misa oficiada en catedral.
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Un homenaje a santas y místicas
Rosalía lo ha mencionado recientemente en entrevistas, y no dejó de hacerlo en este evento: su máxima inspiración para LUX fueron las historias de santas y monjas de todo el mundo.
“A lo largo del proceso de investigación sobre todas estas santas de diferentes lugares del mundo, fui descubriendo historias increíbles. Recuerdo que en la habitación donde trabajaba tenía un mapamundi; comencé a poner pines, a colgar post-its con nombres y relatos de mujeres que me inspiraban.
Cada canción del disco nace de esas historias. Por ejemplo, cuando canto en francés, en Jeanne, hay inspiración en Juana de Arco; cuando lo hago en chino mandarín, en hebreo o en ucraniano, pienso en figuras como Miriam o Santa Olga de Kiev. También están presentes Santa Rosa de Lima, Santa Teresa… la lista es larga.”
Otro aspecto a destacar son las colaboraciones, además de Björk e Yves Tumor, aparecen canciones con Yahritza y su Esencia, Estrella Morente, Silvia Pérez Cruz y Carminho.
“De Madrugá”: la canción que volvió del pasado
Rosalía rescató “De madrugá”, una pieza que nació en la época de El mal querer, y se nota. Es la canción que, junto con “La rumba del perdón”, nos remite a la Rosalía de antaño: la que fusiona flamenco, rumba y salsa con pop.
“Es una canción que guardé en un cajón hace años. Sentí que era el momento de prometerme con ella, de llevarla hasta el final”, señaló.
Estética y compromiso: el hábito como símbolo
La imagen de la portada —Rosalía con hábito blanco— no busca provocar, sino expresar devoción.
En palabras de la artista, “el hábito representa compromiso. En mi caso, la devoción por la música. Lo hice desde el amor y el respeto, no desde la provocación.”
En el video de “Berghain” hay destellos de este mismo sentido de pureza. En el vestuario se usaron piezas de colección de Alexander McQueen, un guiño a la conocida afición de la española por la moda y la alta costura.
El sonido como plegaria
La artista asegura que el proceso fue largo porque el disco “se forjó con tiempo, no podía hacerse en menos de tres años”.
“Me hizo aprender paciencia y gentileza conmigo misma. Me interesa aprender cómo desear menos.”
Me llamó la atención, sin embargo, que Rosalía comentara su deseo de aprender a desear menos. En una de las nuevas canciones, titulada “Sauvignon Blanc”, pone de manifiesto este desapego:
“Mis Jimmy Choo’s yo las tiraré,” sentencia, como si despojarse del lujo fuera una forma de purificación.
En el tránsito de cada tema se percibe esa honestidad, esa ambivalencia e incongruencia propias del ser humano. En LUX, Rosalía nos deja leer su diario íntimo, escrito a lo largo de esta búsqueda espiritual por la fe y la certeza.
Vivimos en el momento del ¿objeto o pastel?
Reconciliación, búsqueda de paz o exorcismo del pasado: Rosalía fue cuestionada innumerables veces sobre el sentido de este disco.
En sus palabras —y también en sus canciones— queda claro que LUX es un proyecto lleno de coraje y atrevimiento, pero también el reflejo de un peregrinaje espiritual.
Canciones como “La Yugular”, con partes en árabe y un dejo de guitarra española que recuerda el ritmo de los corridos (chum ta ta, chum ta ta), o “Porcelana”, que evoca la vibra trap de El mal querer con un piano dramático e hipnótico, muestran esa dualidad entre lo mortal y lo divino.
Tal vez la más interesante a nivel literario para mi es “Dios es un stalker”, cuya letra en primera persona nos sumerge en el día a día de la deidad. Un POV muy propio de los tiktokers, si me lo preguntan.
Entre la duda y la fe
Los comentarios de Rosalía ante el sentido del álbum me parecieron muy pertinentes para una realidad que apremia.
No es casual que la Generación Z se esté acercando más a la espiritualidad que otras generaciones. El contexto actual —marcado por la guerra, la desesperanza y la pospandemia— ha creado un caldo de cultivo para la polarización y las enfermedades mentales. En medio de ese caos, parece que el objetivo final es, simplemente, encontrar un poco de paz.
“No sé si os pasa, pero a veces estar en un mundo como este resulta confuso. Especialmente ahora, vivimos en un momento ¿objeto o pastel? cuando no sabes bien qué es verdad y qué no. Internet, las fake news, la inteligencia artificial, vídeos de gatos hablando… Es un poco una locura, ¿sabes?
En una era que parece no ser la de la fe ni de la certeza, quizá es más necesario que nunca tener una fe, una certeza o una verdad. La que sea, la de cada uno, pero que lo sea..”
Una misa pop para los tiempos inciertos
Entre la sombra, LUX brilla como un testimonio de madurez: un álbum que combina intelecto, ambición y fe.
Rosalía busca conmover e incitar a todos a iniciar su propia búsqueda personal. No predica: comparte su verdad.
“Este disco al final es mi verdad de aquí y ahora”, finalizó la española.
Yo te invito a escuchar LUX el próximo 7 de noviembre y a compartir tus sensaciones: ¿te gustó?, ¿descargaste Duolingo para entender las rolas?, ¿se te salió el chamuco? Cuéntanos en redes.
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