¡Cuidado con la comida callejera en esta temporada de calor!
Todos alguna vez hemos comido en la calle, porque es más barato, rápido y nos queda cerca del trabajo o la escuela, el puesto de taquitos. Pero en época de calor no es tan bueno comer en la calle, aquí te explicamos las razones.
En esta temporada, la Secretaria de Salud recomienda evitar ingerir comida callejera, esto debido a que ciertos ingredientes suelen descomponerse más rápido, lo que ocasionaría el riesgo de contraer enfermedades gastrointestinales.
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Sabemos que por factores como la falta de tiempo o por lo económico que resulta, muchas veces recurrimos a la comida callejera, y aunque algunos alimentos puedan parecer inofensivos a simple vista, su consumo podría ocasionar serios problemas gastrointestinales.
Estos padecimientos son causados principalmente por bacterias, virus o parásitos como la salmonella, E. coli y las amibas. Según los expertos, estos microorganismos proliferan a temperaturas superiores a los 30 grados Celsius, aumentando el riesgo de infección.
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¿Qué riesgos existen por comer en la calle?
Los alimentos y bebidas pueden ser contaminados por hábitos higiénicos inadecuados en su manejo, como la falta de lavado de manos, refrigeración incorrecta y exposición a altas temperaturas. Al consumir alimentos en la calle, estos riesgos se incrementan debido a las condiciones insalubres en muchos puestos ambulantes.
El profesor Enrique Jesús Delgado Suárez de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM advierte: “Consumir alimentos en la calle es un riesgo. Estos alimentos pueden ser elaborados en condiciones insalubres, lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades de transmisión alimentaria (ETA). Hay muchas limitaciones en puestos callejeros, como la falta de un lugar para el lavado de manos y refrigeración adecuada de los alimentos”.
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¿Cuáles son los síntomas de las enfermedades gastrointestinales por la comida callejera?
Los síntomas de las enfermedades gastrointestinales incluyen fiebre, dolor estomacal o abdominal, náuseas, diarrea, estreñimiento y fatiga. Es crucial atender estos síntomas inmediatamente para evitar complicaciones como la deshidratación.
Para prevenir estos padecimientos, se recomienda:
- Mantener una buena higiene en la preparación de los alimentos.
- Evitar comer en lugares ambulantes o con condiciones insalubres.
- Lavarse las manos antes de comer y después de ir al baño.
- Consumir agua hervida, clorada o embotellada.
- Lavar y desinfectar frutas y verduras.
- Cocinar bien los alimentos, especialmente carnes, pescados y mariscos.
- Refrigerar los alimentos para evitar su descomposición.
- No consumir alimentos caducados.
- Lavar bien los utensilios con los que se preparan los alimentos.
- Consumir al menos dos litros de agua diariamente.
- Tapar adecuadamente los botes de basura.
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¿Qué hacer si tengo una infección gastrointestinal?
El profesor Delgado Suárez destaca la importancia de no automedicarse y de buscar atención médica adecuada. “A menudo, hay un consumo excesivo de antibióticos que pueden eliminar parte de la microbiota que debemos tener en los intestinos y dejar a las bacterias resistentes a los antibióticos, lo que puede ser más perjudicial aún”, explica.
Además, el profesor subraya la necesidad de regular y supervisar los puestos callejeros, como se hace en Europa, para garantizar la salud del consumidor. “Es importante que la población recupere la educación para la salud, con el fin de exigir a los puestos de comida y restaurantes que adopten medidas para proteger a los consumidores”, concluyó.
Finalmente, Delgado Suárez desmitifica la idea de que los mexicanos tienen un estómago más fuerte. Las estadísticas muestran que la incidencia de salmonelosis en México es significativamente más alta que en Estados Unidos y Europa. “En México, tenemos un promedio de 60 casos por cada 100,000 habitantes, mientras que en Europa son 12 y en Estados Unidos son 16. Así que ese mito de que tenemos un estómago más fuerte es solo eso, un mito”.