El Cardenal y sus restaurantes ofrecen en Centro Histórico, Lomas de Chapultepec y San Ángel sabor único en su menú de cocina mexicana popular con desayunos.
El primer establecimiento del restaurante El Cardenal, abrió en el año de 1969 en el Centro Histórico; casi medio siglo después disponen de 4 sucursales y el reconocimiento como uno de los principales restaurantes de comida mexicana de la Ciudad de México.
Su menú se caracteriza por ofrecer platillos de la cocina popular provenientes de diversas regiones del país, de una forma que exalta la riqueza de nuestras tradiciones culinarias, donde no falta en las mesas los recipientes de salsa verde cruda recién preparada, adornada con tiras de queso de rancho, ni las tortillas para acompañar los alimentos.
Igual sirven escamoles con epazote, queso tapado y tostadas de atún fresco, para abrir boca. Para las sopas, la clientela puede elegir opciones como la sopa de verdolagas con pollo, sopa seca de elote o el tradicional fideo seco.
Para los platos fuertes, destaca el chile relleno a la oaxaqueña, la pechuga rellena de queso de cabra, bañada con mole coloradito, y el lomo de robalo a la talla, para culminar tenemos como postre nieve de fruta de temporada de la casa.
Famosos son los desayunos, donde si bien no faltan los huevos al gusto, chilaquiles y platillos especiales como las gorditas hidalguenses y el tasajo de res enchilado, destaca su pan dulce recién horneado, chocolate batido y la nata de leche bronca.
También son recomendables sus platillos de temporada, disponibles a lo largo del año: flores de maguey y tortas de huautzontles, durante abril y mayo; gusanos de maguey, en junio y julio; chinicuiles, cuitlacoche y chiles en nogada preparados de agosto a octubre; y calabaza de castilla y bacalao, para los meses de noviembre y diciembre.
Su servicio e instalaciones resultan impecables: mientras que las sucursales de El Cardenal en la Alameda y Lomas de Chapultepec se alojan en modernas construcciones -la primera ocupa la planta baja del hotel Hilton-, las de San Ángel y la calle de Palma, en el Centro Histórico, se encuentran en sus respectivos inmuebles porfirianos, primorosamente restaurados, lo que agrega un atractivo adicional a sus comensales.