Ballar Restaurante con las mejores pizzas italianas

Aunque queda fuera de la vista de los comensales, aquí la masa de harina de trigo viene a ser el gran protagonista de Ballarò, una de las mejores propuestas en restaurantes disponibles en la colonia Roma donde, además de sus pizzas, pastas y paninis, la panadería resulta destacable.

Ballarò restaurante con una biblioteca de pan única 

El mismo espacio que ocupa -un remozado edificio, en la esquina de Durango y Valladolid-, resulta motivo suficiente para disfrutar de sus mesas colocadas en la acera, y salones interiores distribuidos en dos niveles, además de contar con otro espacio emblemático: su "biblioteca del pan", donde cotidianamente hornean unas 80 variedades de panes de estilo mexicano, francés, italiano, alemán y hasta japonés, que el público puede adquirir para llevar.

Las clásicas pizzas y ensaladas del mediterráneo

La masa de harina de trigo también resulta protagónica en las mesas del restaurante, a donde llegan pizzas, paninis y pastas con diversos ingredientes. Mozzarella, arúgula y prosciutto son algunos de los elementos que pueden intervenir en las variantes más clásicas de las pizzas, aunque disponen de otra con una mezcla de salsa de tomate con frijol, chorizo y jalapeños, mientras que las pastas, elaboradas en sus cocinas, permiten variantes como de color rosado y sabor a salmón, servida con espárragos y trozos del mismo pescado, sellado.

La ensalada caprese también lleva el sello de la casa, preparada con tomate confitado y un pesto de tomate deshidratado, conocido como trapanese, los cuales, sumados a su presentación ofrecen una nueva perspectiva, tanto visual como de sabores, de uno de los platillos más socorridos de la gastronomía italiana. Un pequeño apartado de platillos con carne enriquece la oferta del lugar, con el meloso de cerdo confitado a baja temperatura en salsa de oporto, o el short rib en cocción lenta con reducción de vino tinto, elaboradas preparaciones dignas de los restaurantes de altos vuelos.

Y por las mañanas...

Los desayunos se han vuelto otro sello distintivo de Ballarò, incluso más concurridos que las comidas y cenas, tratándose los fines de semana, cuando la gente suele esperar a que le asignen mesa (no hay reservaciones entonces), para disfrutar de huevos al gusto, chilaquiles y, sobre todo, algo de su extenso surtido panadero.