Baltra te lleva a un viaje con su variada coctelería y su espacio adornado con esqueletos inspirado en las excursiones de Charles Darwin en islas Galápagos.
Charles Darwin argumentó que "sólo los organismos más aptos sobreviven"
Eso sirvió de inspiración para Baltra Bar -el nombre se deriva de unas islas visitadas por el científico en su viaje a las Galápagos-, y ejemplifica la experiencia de visitar este local ubicado en las orillas de la Condesa para probar la evolución de la coctelería de la ciudad.
Aquí no encontrarás hostess, meseros, ni clientes pasados de copas deambulando por la glorieta de Iztaccíhuatl, sino pequeños sillones con mesas de madera, adornos del siglo XIX que incluyen algunos esqueletos de animales; luz tenue y una barra al fondo del local, donde se origina la magia de sus bebidas y comida que simulan un viaje alrededor del mundo.
Ejemplo de esta mezcla de sabores son los cócteles de la casa, caracterizados por la ausencia de mezcladores frutales:
Melissa (gin, cintronela y menta).
White Dog (ron agrícola, moonshine, toronja y manzana).
Hambrientos...
Pero no todo es bebidas espirituosas: si la noche te abre el apetito, puedes ordenar diferentes tipos de lonches -pato con salsa de tamarindo, roast beef y vegetariano- o un aguachile.
Con el empeño matemático en la mixología de sus bebidas y el ambiente parroquiano experimentado dentro de sus cuatro paredes, Baltra tiene los elementos necesarios para convertirse en el nuevo place to be de los bares cocteleros de la ciudad.