Esta panadería de Coyoacán no solo se distingue por su pan recién salido del horno, también ofrece desayunos, lunch, comidas y cenas todos los días.
Piso setentero, muros de ladrillo, una mesa común y una cocina que no guarda secretos son los elementos que le dan vida a Bella Rafaella, una panadería en Coyoacán la cual, con apenas algunos meses de vida, ya ha enamorado a los vecinos de la zona. “Si esta panadería fuera una persona sería una mujer hermosa, de las que entran a un restaurante y la voltean a ver o las que paran el tránsito por su porte y personalidad fuerte”, me contó Juan Pablo Kirki, operador del lugar.
Al principio no encontré la relación; sin embargo, después de probar el chocolatín la entendí: al primer bocado sentí la intensidad de la mantequilla, la dulzura del chocolate y lo crujiente de la masa; no paró el tránsito –obviamente-, pero sí me hizo detenerme un momento a disfrutar. ¿Qué otras bellezas guarda Rafaella? Empezamos por lo dulce: cuernitos rellenos de higo, roles de nutella con arándano, y una rica sorpresa: el rellenito, un híbrido entre muffin y cuernito que esconde un poco de dulce de leche en el interior. En cuanto a lo salado, hay pan de caja, crujientes baguettes y pan campesino de harina de centeno (el más vendido) ideales para preparar sándwiches o acompañar la comida.
También frecen sándwiches o baguettes de quesos y carnes frías que puedes acompañar con alguna bebida caliente o fría como café o té. Pero no vayas a llegar tarde porque aquí se aplica el sabio dicho que reza “de lo bueno poco”, ya que el pan es artesanal y se prepara todos los días, así que nunca te tocará un pan seco y solitario del día anterior.