Carbonvino y su ubicación en la esquina de Tamaulipas y Fernando Montes de Oca lo convierte en uno de los restaurantes más representativos de la Condesa, y aunque mantiene a la fecha su denominación de "parrilla vasca" las alternativas de su carta desbordan por mucho la oferta de esta gastronomía regional española.

Parilla vasca y más...

Si bien el grueso de sus comensales lo ubica como uno de los principales restaurantes de cortes del barrio, donde puede disfrutarse un rib eye, arrachera, bife o picaña, su oferta de platillos a la parrilla se extiende a pollo y pescados (atún y salmón), sin faltar una obligada hamburguesa de la casa, aquí preparada con una mezcla de rib eye y filete.

Alternativa de ensaladas, pizzas y pastas

Pero las alternativas para comer en sus mesas, algunas instaladas sobre la acera, se extienden a las ensaladas -destaca la preparada con rebanadas de pera con una mezcla de queso de cabra, nuez, chabacano y queso crema-, pizzas, pastas y otras opciones de la casa, como su chorizo a la sidra y el jugo de chamberete: el primero lo sirven con jugo de manzana y cebolla caramelizada que le aporta al embutido un suculento tono dulzón, mientras que el segundo es un caldo igual de sustancioso y reconfortante que el habitual jugo de carne, pero de una consistencia más ligera.

Platillos ligeros para la noche

Por las noches, cuando se disfruta del mejor ambiente del barrio, puede ordenarse algo más ligero como una pizza, croquetas de jamón serrano, calamares rebosados o carpaccio de res, junto con alguna copa de vino, cerveza o coctel preparado en su barra, para prolongar la sobremesa.

Plato representativo de Carbonvino

Otro platillo representativo de Carbonvino lleva el nombre de muelle: costillas horneadas por 12 horas con una mezcla de finas hierbas y whisky que, al momento de servirse, presentan una consistencia similar a la barbacoa que se presta para taquear. (Texto Arturo Reyes Fragoso, fotos cortesía.)