El afamado Café Ó reabrió sus puertas en el corazón de Lomas de Chapultepec, con una renovada propuesta de cocina francesa con guiños locales, ahora a cargo de Grupo Carolo.
Reabrió sus puertas uno de los lugares más representativos para comer en Lomas de Chapultepec, con un renovado concepto extendido a su nombre, que pasó de Café Ó a Casa Ó, ahora a cargo del Grupo Carolo que diversificó su oferta con platillos inspirados en las técnicas clásicas de la gastronomía francesa donde menudean los guiños mexicanos, al elaborarse en buena medida con productos locales.
Ocupa el inmueble de dos niveles marcado con el número 245 de Monte Líbano, entre Prado Sur y Explanda, en el corazón del barrio, que dispone de diversos espacios, terraza frontal incluida, para realizar desde desayunos de amigas hasta comidas de negocios en su salón privado. Su apartado de entradas para compartir al centro de la mesa incluye el suculento crudo de robalo con cítricos y eneldo, y las láminas de salmón noruego ahumado acompañadas de crema fresca, perlas de wasabi y blinis, las pequeñas crepas habitualmente utilizadas para acompañar el caviar.
Sus sopas, pastas y ensaldas incluyen la infalible sopa de cebolla y un arroz caldoso de mariscos, pasta de langosta con un toque picante, y betabeles rostizados al tomillo servidos con queso de cabra madurado.
Cortes y pescados predominan en el apartado de platos fuertes, donde el comensal puede encontrar un filete con dos alternativas de salsas a elegir, de tuétano o bernesa, aparte de huachinango empapelado con guarnición de verduras al vapor y salsa de vino blanco, aunque también disponen de medio pollo orgánico, con arroz con hongos y tocino, y hasta una hamburguesa de la casa con salsa holandesa de chipotle y tiras de tocino crispy.
Su extendido horario y relajada atmósfera permite extender la sobremesa desde la mañana, igual con un café y postre, como su pastel de chocolate con helado de mazapán, o algo de la coctelería de la casa.
Toda la semana, Casa Ó abre desde las 08:00 para ofrecer una de las cartas de desayunos más variadas de Ciudad de México, las cuales abarcan desde los obligados molletes y chilaquiles, opciones vegetarianas como tostas de aguacate, queso feta y aceites de chiles, así como nopales con queso panela ahogados en salsa roja martajada, y conchas recién horneadas con nata fresca y roles de canela caseros.