Pequeño establecimiento “romano” donde, aparte de elaborar tortillas, disponen de diversos antojitos y bebidas de con maíz.
Su nombre completo es Cintli Tortillería y Antojería Orgánica, y su oferta abarca opciones de tortillas “adicionadas” con ingredientes como nopal, quinoa, kale y cúrcuma, igual que antojitos y bebidas regionales elaboradas con maíz. Sus instalaciones no son impresionantes: un pequeño local sobre la calle de Manzanillo, donde la máquina tortilladora y el comal en que preparan la comida comparten espacio con algunas mesas de rústica madera.
La lectura de la carta de alimentos permite conocer su declaración de principios: insumos provenientes de comunidades donde cultivan plantas nativas, cuyos frutos adquieren bajo la filosofía del comercio justo, para ofrecer a la clientela masa y tortillas para llevar —estas últimas pueden empacarse al alto vacío para conservarlas sin refrigeración— y antojitos y bebidas para consumir en el mismo lugar.
No faltan quesadillas, chilaquiles ni enchiladas, pero tampoco tamales, que pueden incluir chipilín, al estilo del sureste, o rescon guajillo como en Monterrey. También preparan telelas de triangular forma, rellenas de frijol con hoja de aguacate y chapulines encima; picaditas con frijol negro y hoja de aguacate tatemada, queso de metate y pechuga deshebrada de pollo de traspatio; además, lorenzas, variante sonorense de tortilla tostada con asiento, pasta de ayocotes (frijoles de gran tamaño) morados, quesillo oaxaqueño y tiras de costilla de res. Todo un festín gastronómico maicero, a precios por demás accesibles.