Corazón de Alcachofa: de Guadalajara directo a la CDMX

Las cocinas de todas las sucursales del restaurante Corazón de Alcachofa carecen deliberadamente de congeladores para guardar por largo tiempo los insumos utilizados para preparar sus platillos, cuya frescura presumen a través del número de raciones disponibles al día de cada platillo, exhibido a los comensales en pizarrones distribuidos entre las mesas en lugar de las habituales cartas. Lo anterior, son dos de los principales sellos distintivos de este concepto originario de la ciudad de Guadalajara, con presencia en Polanco, San Ángel, Plaza Samara Santa Fe, Galerías Atizapán y Paseo Interlomas.
Cortes y mariscos con el toque del lugar
A su vez, pescados y mariscos tienen importante presencia a través del abulón al chipotle, dorado al grill, huachinango a la talla, cola de langosta y king crab, platillos idóneos para grandes ocasiones, sean de tipo laboral entre semana, romántico por las noches o familiar durante los fines de semana.
Vino de la casa
Para beber, ofrecen una docena de martinis preparados con diversos licores, así como una quincena de mezcales, medio centenar de tequilas y más de treinta etiquetas de vinos mexicanos, incluida una mezcla de cabernet sauvignon, cabernet franc, merlot, petit verdot y malbec elaborada para el propio restaurante Corazón de Alcachofa en el valle de Ojos Negros, Baja California. (Texto Arturo Reyes Fragoso, fotos Arturo Limón.)