De mar a mar, del puerto a la ciudad
La carta de pescados y mariscos de este restaurante colindante con Reforma fue creada por Eduardo García (Máximo Bistrot).Su fachada de madera azul es la primera sorpresa brindada al visitante, al encontrarse a una cuadra de Paseo de la Reforma y no en algún puerto frecuentado por avezados marineros, como también lo sugiere su alusivo decorado interior.
De Mar a Mar y su singular fachada azul
La siguiente sorpresa llega a la mesa desde lo primero ordenado de su carta de pescados y mariscos, creada por Eduardo García —reconocido por su labor en Máximo Bistrot—, quien le aportó un toque culinario a los platillos que resalta la calidad del producto marino, y por ello aparentan una engañosa sencillez.
De ahí que las láminas de pesca del día y el atún azul anuncien gratos sabores, magnificados con el toque de jengibre, chiles secos y mousse de aguacate que lo acompañan.
Lobina entera zarandeada a las brasas, con tortillas, arroz y frijoles, una delicia del mar en Paseo de la Reforma
Un horno de brasa de carbón vegetal le aporta particulares sabores y texturas a los camarones jumbo dispuestos en la carta, sumados a los tonos cítricos con que los aderezan, más refinados de como habitualmente los preparan en otros lados. Lo mismo ocurre con el socorrido pulpo a las brasas aquí servido con chimichurri. Más tradicional, aunque no menos atractiva, resulta la lobina entera zarandeada a las brasas para compartir, acompañada de tortillas y sendos platos de arroz y frijoles.
En las comidas grupales donde alguien no pueda o no apetezca la oferta principal, lo resuelve su lechón confitado, rib eye y pollo a las brasas incluido en la oferta culinaria de la casa. Los postres cumplen las expectativas de todos los gustos, con su pan de elote con dulce de leche y helado de rompope.