Su oferta de antojitos mexicanos rellenos con originales ingredientes estrena reubicada sede en la Roma.
La perseverancia de sus encargados empieza a rendir frutos luego que, ocho años atrás, abrieron en Contreras como un restaurante para paseantes de fin de semana, antes de trasladarse a la colonia Roma, primero a la calle de Coahuila y, desde abril, a un nuevo local de mayor amplitud en la esquina de Tepic y el eje vial de Monterrey.
Ahora, parte de sus comensales son turistas extranjeros ansiosos de probar su oferta de tacos y quesadillas con rellenos “exóticos”, como venado “borracho” (flameado con tequila), guajolote con salsa de gusanos de maguey, y avestruz. Sus encargados todavía no salen de su asombro al descubrirse en listas de recomendaciones para extranjeros de lugares indispensables para comer en Ciudad de México, donde también se encuentra Quintonil y Pujol que, finalmente, manejan una propuesta similar en su carta —gastronomía mexicana donde resaltan los ingredientes populares—, con una diferencia de precios exorbitante.
A esto agréguense los distintos colores que le imprimen a la masa con que elaboran sus antojitos, logrados con espinaca y betabel, entre otros ingredientes, sumados a la forma de corazón que le imprimen a sus tortillas y quesadillas, otro de sus sellos distintivos.
Sus platillos estelares conviven con otros más convencionales, que incluyen huevos al gusto, enmoladas, molletes y chilaquiles para el desayuno, un extenso apartado sin carne, con tacos de nopales, pozole rojo con hongos y molletes con portobello, y la festiva (y reconstituyente) pancita, pozoles y mixiotes, dispuestos sábados y domingos.
De lunes a miércoles tienen oferta de 3x2 en cervezas artesanales, apuesta impulsada desde que el lugar operaba por los rumbos de Contreras, con las que continuamente también organizan catas-maridaje, anunciadas en sus redes sociales.