Hotel Casa Awolly Bar con terraza exotica en la Roma

Es muy probable que apenas entres a Hotel Casa Awolly te encuentres la mejor carta de presentación: una sonrisa natural de esas que, se nota a leguas, son producto de una dinámica de trabajo que incluye a la felicidad como uno de sus ingredientes. Un tanto exótico, a últimas fechas. En nuestro caso, sucedió todas y cada una de las veces que visitamos este lugar. Aplauso, sí. No sólo porque fuimos varias veces y nos la pasamos muy bien sino porque no hay una sola de ellas en las que no nos hayan tratado de maravilla.

De Hotel Casa Awolly puede decirse que es una apuesta segura pero no por ello común: enclavado en una casa con un concepto que te permite hacer de algunas de sus recámaras el sitio ideal para tus fiestas privadas (pregunta por el costo mínimo del servicio para no llevarte sorpresas) hay mucho más que sólo habitaciones con un interiorismo espectacular: una carta que hace que quieras volver tanto como puedas (nosotros vendimos el alma de nuestro editor en jefe a cambio de un plato más de Pulpo a la madrileña y luego, del de nuestro jefe de fotografía, por un Arroz a la tumbada).

De las bebidas no se puede esperar menos: Aggi Doggi (ron, Campari, compota de ciruela con chile, jugo de toronja y un rim de zumac) y El Tigre y el Dragón (tequila, licor casero de horchata con coriandro y espuma de té Oolong) son nuestros favoritos pero la carta cuenta con otras provocaciones atroces y cínicas: Bengala (gin, licor de cacahuate, massala chai y garbanzo dulce flameado con coco) es una de ellas y está pensada para compartirse. Puro amor del bueno.