La Buena Fe cocteles y cocina internacional en Polanco

Todo antecedente puede ser condena pues implica un riesgo, sobre todo, cuando este obedece a una trayectoria por de más satisfactoria: uno espera al final que la experiencia que se tiene al visitar un lugar -en caso de que ya se le conozca- se repita y, cuando es primera vez, que sea mucho mejor de lo que hemos escuchado. Sabedores de esta situación, las mentes detrás de la expansión de La Buena Fe decidieron hacer de su siguiente punto a conquistar uno de altas miras: nada más y nada menos que Polanco.

En esta sucursal, favorito de muchos prófugos de la rutina oficinista o godín pero también, spot seguro para empezar o retomar el fin de semana, la carta es uno de los fuertes. ¿La razón? Una sencilla y muy aterrizada selección de platos que difícilmente te pueden dejar con hambre o antojo entre los que se cuentan el tartar de atún (delicioso), el caldo de rabo o la cecina 4 Vientos. Imperdibles: los escamoles y el robalo Buena Esperanza, y Peccata Mundi: garra de león + camarones jumbo. Es cierto que esto es muy Masaryk sí, con todas las cejas levantadas que ello implica- pero también, que es puerto amigable y seguro: aquí no hay dress code, gusto musical o plan que no quepa, y eso, en 2016 es un punto a favor para La Buena Fe.

Te aconsejamos reservar para ahorrarte problemas y probar su gran selección de aperitivos que hace a este lugar un pretexto perfecto para entrenar en los 400 mts libres sin obstáculos de la sobremesa. Después de todo, no hay sambuca que por bien no venga.