Ubicada en Santa Fe, La Dictadura ofrece antojitos mexicanos a precios económicos en un ambiente cómodo e informal.
Entre las oficinas y los lugares concebidos para saciar el hambre y la sed de quienes cotidianamente acuden a laborar en Santa Fe, abrió este restaurante concebido para atender a los comensales con ganas de disfrutar diversos antojitos mexicanos, cómodamente instalados, y que disponen de poco tiempo para comer antes de regresar al trabajo.
Abierto sobre la vialidad de Juan Salvador Agraz, sus encargados acondicionaron el establecimiento como una elegante fonda, habilitada con coloridas sillas. Ahí sirven el agua de chía con limón, dispuesta para beber, en pequeños botellones plásticos. Para ambientarlo como se debe, no falta la música popular a todo volumen, lo que le imprime un pintoresco toque de barrio.
La carta incluye las reglamentarias garnachas, que abarcan desde los sopes con frijoles refritos, lechuga, bistec, longaniza o suadero, a elección del comensal, con crema y queso. Quienes lleguen con antojo de mariscos pueden ordenar la camaronilla: taco de camarón fresco con lechuga, queso rallado y un aderezo de la casa preparado con mayonesa habanera, catsup y pico de gallo.
Para endulzar el paladar, nada como unos buñuelos con miel de guayaba, o el arroz con leche servido en pintorescas tacitas de barro.