La Zaranda Miravalle es uno de los restaurantes donde comer mariscos y carne zarandeados en la ciudad es un manjar, esta en glorieta de las Cíbeles-Roma
Quienes gustan del pescado zarandeado suelen comerlo con los pies enterrados en la arena bajo la mesa instalada en una playa del Pacífico; cierto resulta que algunos restaurantes de la ciudad lo contemplan en su menú, aunque ninguno como en La Zaranda Miravalle, donde esta técnica culinaria de origen prehispánico es su insignia gastronómica.
Porque buena parte, de los platillos de la carta de este restaurante abierto en la glorieta de Las Cíbeles se cocinan a las brasas, dentro de esta suerte de manopla metálica conocida como zaranda. Pescados, camarones y pulpo son así preparados, lo mismo que cortes, antojitos y hasta plátanos destinados al postre.
Como en la playa, aunque sin palmeras a la vista, las porciones promedian el medio kilo y resultan adecuadas para compartir al centro de la mesa.
Pescados y mariscos pueden prepararse -zarandearse, pues- adobados con una preparación de chile colorado, jalapeño o chile de árbol; aparte, pueden ordenarse diversas guarniciones: guacamole, cebollas y nopales (igual zarandeados), ensalada de frutas y verduras, arroz con plátano macho o frijoles.
Menú del mar sin salir de la ciudad
Para abrir boca, o bien limitarse a botanear, ofrecen tacos de cecina, marlin con chicharrón y dobladitas de frijol con queso, entre otras opciones, así como aguachiles, ceviches, queso zarandeado en hoja santa y unas originales "alitas" de pulpo (tentáculos debidamente desplumados, podríamos decir), servidas con el reglamentario dip y tallos de apio. ¿Así quién extraña la playa?
Brindar frente a Las Cíbeles
Ya instalados en alguna mesa de La Zaranda Miravalle, se antoja prolongar la estancia con algún coctél de la casa, donde el zapote, menta, jengibre, piña, tamarindo y nopal resultan habituales ingredientes.
No faltan los pulques y micheladas, las cuales preparan a la manera habitual, con clamato o, ya por cuenta de la creatividad de la casa: con clamato, jengibre, chile ancho y mango, o los ingredientes habituales para marinar un aguachile.