Lorea experiencia culinaria para paladares abiertos

Oswaldo Oliva navega a contracorriente al habitual negocio restaurantero: Lorea, el nombre de su propuesta, no solo se encuentra fuera de los circuitos habituales de la Roma -lo cual no ha sido inconveniente desde su apertura, a principios de 2017-.

Lorea fue considerado uno de los mejores restaurantes del mundo en 2019, al ser incluido en la publicación “150 Restaurants you need to visit before you die”. Así como  por The World 50 Best Restaurants, al incluirlo en su nueva lista 50 Best Discovery.
 

Ambiente exclusivo en Lorea

Una vez sentado a la mesa, el comensal recibe primero un pequeño cofre de madera aromatizada, con un mensaje de bienvenida de la casa, seguido del menú que que se le ofrecerá, compuesto por diferentes tiempos, en pequeñas porciones de degustación, mismos que el equipo de cocina prepara diligentemente en la cocina abierta instalada a unos pasos de las mesas (y desde donde el propio chef anfitrión puede calibrar las reacciones de sus comensales).

Cabe señalar que este año, Lorea tiene una nueva oferta que se construye diariamente en un formato a la carta con horarios de comida y cena de miércoles a sábado.

Novedosos sabores en la carta

La experiencia concebida para paladares dispuestos a disfrutar novedosos sabores, aromas y texturas, abarca una rodaja de chilacayota con un trozo encurtido de lengua, un pequeño cuenco que resguarda una mazorca de huitlacoche acompañada con hierba pipicha y granos cocidos de cebada, un trozo de pato asado a la parrilla recubierto de ejotes y pedazos de jamón ibérico, y láminas de fruta fresca con crema helada de pimienta rosa.

El menú ideado por el chef Oswaldo Oliva mezcla la gastronomía mexicana con toques más allá de nuestras fronteras. El toque lo produce la experiencia del chef quien cocinó por siete años en Mugaritz (el noveno mejor restaurante del mundo según la lista de 50 Best Restaurants).

En el menú de comida y cena, destacan sus snacks de entrada: mochi con relleno de semillas o cecina casera con tapenade y chocolate. Para el primer tiempo, recomendamos los tacos: -se eligen dos-: curado de Kombu y cítricos, chile encuerado con pilpill, camarón estilo Nayarit o de barbacoa de hongos; también vale la pena probar uno de los platillos más originales de Lorea: la sopa de quesadilla de huitlacoche.

Como segundo tiempo, la cocina de mar es una de las cartas de presentación del restaurante: la pesca del día o el pulpo adobado o dentro de carnes, picaña a la parilla y un rack de cordero. Deliciosos.

Para finalizar, la carta de postres es vanguardista y con propuestas de diferentes texturas. Si tuviéramos que elegir sólo un par sería el yoghurt, miel y arbequina -con un trozo de panal- y el pudding de frutos rojos con crema de whisky.

Oferta diversa en tragos

Lo más idóneo para redondear la experiencia culinaria en Lorea, es recurrir, por un costo extra, a la "armonización" de los alimentos con diversas bebidas servidas a lo largo de la cena, donde no faltan cocteles, cervezas ni diversas variedades de vino, pero también pueden incluir tés, bebidas como hidromiel embotellada y hasta un consomé de pollo con hierbas y especias programado dentro del desfile de platillos, para desempeñar funciones digestivas.

Además, Lorea ahora ofrece Lovo, su propia marca de vermouth, un licor aromatizado con hierbas, formado a base de vino neutro de buena calidad, con diferentes especias amargas y aromáticas que complementan su sabor para crear una experiencia completa en cada trago.

Normalmente, el vermut requiere entre 50 y 80 ingredientes para formar su inigualable sabor, en el caso de Lovo, cada uno de los botánicos utilizados, es de origen mexicano y tiene un perfil más orientado a la elegancia de las resinas manteniendo un nivel de dulzor muy bajo.

Propuesta complementaria

La planta baja del inmueble de Sinaloa 141 lo ocupa el concepto complementario de Lorea: Alelí, otro restaurante que también funciona de martes a sábado, aunque para servir desayunos y comidas, con una carta concebida para saciar las necesidades cotidianas de sus comensales, con platillos elaborados con base en la disponibilidad de ingredientes de mercado y precios mucho más accesibles.