A tiro de piedra de la Alameda de Santa María la Ribera encontrarás en un traspatio María Ciento38, restaurante de comida italiana con vino por copeo.
Poco a poco más gente descubre los encantos de la Santa María la Ribera, cuyo emblemático Kiosko Morisco de su alameda se encuentra a tiro de piedra de María Ciento38, un pequeño restaurante italiano que resulta otra buena razón para visitar este emergente barrio.
En el traspatio de una casona edificada a finales del siglo antepasado, en proceso de restauración, sobre un piso de grava, entre macetas y una pequeña fuente, instalaron las mesas y sillas de estilo deliberadamente informal, un mobiliario, decoración y atmósfera acorde a la cocina de corte casero, con recetas sicilianas por demás inusuales en nuestro país.
No faltan las pizzas y pastas, con el toque regional de su propuesta gastronómica. De ahí que la pasta "al estilo siciliano", la preparen con un pesto de color rojizo -propiciado por el empleo del pomodoro (tomate)-, generosas cantidades de ajo fresco y almendra tostada; por su parte, en las opciones de pizzas, preparadas en horno a la leña, encontramos la llamadas "blancas", denominación asignada a las que no utilizan salsa de pomodoro por no armonizar su ácido sabor con los ingredientes principales que puede utilizar, como la cebolla caramelizada o las láminas de calabaza a la parrilla, con queso de cabra.
Más inusuales resultan platillos como la caponata, un encurtido de berenjenas mezcladas con alcaparras, aceitunas, apio y cebolla servida a manera de entrada, que puede acompañarse con una pieza de pan recién salida del horno. Para beber disponen de cervezas artesanales y vino por copeo, de obligada procedencia italiana.
De viernes a domingo suman a la carta platillos especiales que agasajarían al mismísimo Vito Corleone (es una suposición); también encienden una parrilla que reposa en uno de los rincones del traspatio, para ofrecer cortes vacunos con guarniciones de puré de papa, papas al romero o betabel a la mantequilla.