En la colonia Nápoles existe un mercado gourmet llamado Mesa Nápoles, que alberga restaurantes para comer dentro de un mismo espacio conocido como food hall
La colonia Nápoles parece estar formada por muchos barrios diferentes: la zona familiar se mezcla con la de oficinistas y todo se funde con un moderno centro comercial y, claro, no puede faltar el gastronómico, el cual se encuentra a la alza. Es por eso que, como buen barrio ecléctico, necesitaba un mercado gourmet como los que nacieron en la Roma, San Ángel y Juárez. Así llega Mesa Nápoles.
Se trata de un espacio que reúne pequeños negocios de comida, los cuales, en conjunto, forman una oferta amplia y deliciosa para saciar los más grandes antojos de los residentes y visitantes del barrio. Está ubicado dentro de un edificio antiguo remozado de la calle de Kansas, con un letrero luminoso que anuncia la ubicación de la mesa más grande de la colonia.
Lo mejor es dejarse llevar por el antojo. Si éste es marítimo, ahí está una sucursal de Camarón Panzón y sus tostadas de atún repletas de cebolla frita; para gustos más alocados, los burritos de sushi que se encuentran en la parte superior son garantía.
Hay para todos los gustos: rosticería, comida árabe, hamburguesas, sándwiches al estilo italiano, tés, helados y, por supuesto, dos barras de refrescante coctelería para complementar la comida como dios manda.
¿Quiénes concibieron tan buena idea?
La mano de grandes chefs mexicanos se siente en la oferta culinario del lugar, ya que los hermanos Alvires, socios del lugar, invitaron a sus colegas Toño De Livier, Daniel Frydman, Luis Serdio Bernardo Bukants, Zahie Téllez, entre otros, a participar con propuestas sencillas y, claro, muy ricas.
Lo imperdible de probar en Mesa Nápoles
Los pollos de Corazón de Pollo, los cuales se marinan muchas horas en jugo de la misma ave; la ya nombrada tostada de atún de Camarón Panzón, las hamburguesas de Neipols y la paella de El Castellón.