Originario de Boston, la extensa carta de esta propuesta de comida contemporánea japonesa recurre a insumos locales para garantizar su frescura, igual que ingredientes de otras gastronomías —incluida la mexicana, como en el caso de su nigiri de aguacate— y técnicas culinarias contemporáneas, como espumas, polvos o geles.

O ya, se ubica sobre la calle de Anatole France en Polanco 

La manera más práctica de hacerse una idea general en su comida, es ordenar alguno de sus dos omakases: uno de 19 tiempos con un costo de $1,600 por persona, más $500 de siete bebidas de maridaje, entre sake, vino y cerveza, o el otro de 21 tiempos y algunos ingredientes más exclusivos, como foie gras y wagyu, por $2,100 por persona, más otros $700 por ocho bebidas de maridaje. Lo recomendable es disfrutar de la experiencia en la barra del restaurante, para interactuar con sus chefs (no japoneses), aunque cabe advertir que esto conlleva destinarle entre dos y casi tres horas.

La propuesta culinaria de la casa se refleja en el nigiri de hamachi, mismo que sirven flameado, y entre sus ingredientes, utilizan mantequilla de pimienta, aceite de trufa y puré de chile güero no picante, que en Estados Unidos se conoce por el nombre de banana pepper.

Otro sería su costilla de cerdo marinada con diversos elementos, incluido aceite de trufa, fécula y miel, aparte de llevar ralladura de limón, por no hablar del foie grass bañado con una mezcla de chocolate y aceite balsámico, acompañado de un trozo de chocolate semi amargo, que puede hacer pensar que se trata de un postre.

Y para gustos tradicionales 

La versatilidad del lugar permite ofrecerle, a los comensales que lo soliciten, rollos, sashimis, nigiris y otros platillos, preparados a la manera tradicional japonesa, sin faltar una variedad de sakes para acompañarlos, incluido uno elaborado especialmente para la casa.