Pan y Circo, un espectáculo de cocina en la Roma

La ironía es deliciosa: una de las aperturas más sonadas de la Roma y qué mejor lugar para bautizarlo como Pan y Circo, un restaurante que poco tiene que ver con la usanza romana de proveer a su pueblo de comida indecente y espectáculos ídem.
Pan y circo, un espectáculo gastrónomico
De hecho, la cocina es su principal fortaleza: una mezcla de sabores, técnicas y aromas que, bajo una escenografía fellinesca, ¿otro guiño hacia la cultura romana?–, crean una experiencia que va más allá del paladar. Esta sensación inicia con una de sus entradas y marca de la casa: papas gajo con una salsa de tuétano y queso. El sabor es sorprendente y alejado de la cultura tubércula con la cual hemos crecido; te aseguramos que usarás la última papa, o en su defecto, una cuchara para “sopear” cada mililitro de la salsa. Para continuar, el chef Alberto Harwy, de los creadores de La Burguesa, ofrece dos opciones de sopa inolvidables: una crema de betabel con salsa de queso azul, cuyo matiz rosa mexicano es tan hipnótico como su consistencia ligeramente picosa, y un risotto con hongos. Ambas deliciosas.
Platos fuertes de mar y tierra presentes en el menú de Pan y Circo
Para el plato fuerte, materia prima de Pan y Circo proviene de mar o tierra: roast beef con salsa de pimientas, cocido durante horas en el horno ubicado cerca de la entrada principal, o un pulpo a las brasas con salsa de cacahuate, jocoque y puré de papa. Los platos fuertes se pueden pedir también como rosta: entre dos panes de la casa, queso manchego, lechuga y jitomate. Un sándwich deluxe. La combinación sólo puede mejorar sí, es posible gracias a su carta de cocteles. Recomendamos un gin & tonic o un Alas de cuervo (pepino, piña, miel de agave y tequila).
La sobremesa es casi obligada con sus cuatro variedades de carajillos y con el concepto multiforo que resguarda: en la planta baja tiene el área de comida, con cantidad de muebles vintage disponibles a la venta; en el piso superior hay un espacio que sirve como foro de conciertos de jazz a balkan, academia de tés, cineclub y, próximamente, un deli. ¡Ah, claro!, y en el último piso una enorme terraza ideal para ese gin & tonic. Pan y circo, como su nombre lo indica, es todo un espectáculo.