Su propuesta mexicana contemporánea busca armonizar con el espectacular espacio donde se encuentra en el Museo Rufino Tamayo, en Chapultepec.
Vale aclarar que lo atractivo del lugar radica en su propuesta gastronómica a la altura del espectacular espacio que ocupa dentro del Bosque de Chapultepec, integrado a las instalaciones del Museo Rufino Tamayo. El área de restaurante, con su terraza volada que lo caracteriza, ofrece una panorámica al ras del follaje; y la carta de alimentos, una propuesta mexicana contemporánea de colorida presentación, para estar acorde al artístico espíritu del recinto donde se encuentra.
De ahí el juego cromático de los purés de chile poblano y col morada que acompañan, con crocantes de plátano, a su filete de res, por no hablar del postre de bizcocho de chocolate que, literalmente, trazan con una pequeña brocha en el recipiente puesto en la mesa del comensal, con coulis de frutos rojos y guayaba. También disponen de una carta sándwiches y desayunos (huevos al gusto, enfrijoladas, chilaquiles, quesadillas y hasta enchiladas vegetarianas, rellenas de papa, queso crema y flor de jamaica), que puede disfrutarse en su terraza pet friendly.
La combinación de todos estos elementos convirtió al Tamayo en el restaurante “de museo” más popular de la ciudad, los últimos miércoles del mes extiende su horario de servicio hasta las 22:00, con una clientela combinada entre los visitantes de las exposiciones del museo y comensales que acuden ex profeso a disfrutar de sus platillos, aunque también, continuamente realiza catas y otros eventos especiales por la noche.
Fotos: FB @restaurantetamayo