A tiro de piedra de Reforma, Karina Rivera y Edgar Delgado agregan nuevos atractivos gastronómicos a la Juárez.
La calle de Oxford —que apenas y corre por dos pequeñas cuadras, entre Hamburgo y Reforma—, alberga algunos comederos coreanos que ahora conviven con esta propuesta de cocina contemporánea que retoma elementos de diversas gastronomías, combinada con el nostálgico espíritu de los platillos caseros de antaño. Todo, a cargo de la dupla de chefs compuesta por Karina Rivera y Edgar Delgado.
Las mesas del establecimiento se reparten entre las habitaciones y el patio interior, ahora con techo transparente, del primer nivel de una rehabilitada casona del barrio. Su carta es compacta, aunque contempla alternativas para todos los gustos, incluidas opciones sin carne, como el carpaccio de betabel, la alcachofa gratinada con sabayón y poro y, sobre todo, sus ravioles de calabaza con ricota, uno de los platillos estelares de la casa.
Los ingredientes animales destacan en la lengua a la vinagreta, servida con hummus de garbanzo y rayadura de huevo cocido para equilibrar su fuerte sabor. También preparan un taco de papada de cerdo caramelizada con miel, acompañada con salsa de chile habanero; y en el apartado de platos fuertes, su estofado de res con lentejas, de potentes sabores pero sin la pesadez habitual que caracteriza a platillos similares.
Los postres incluyen una interesante propuesta de temporada: camote en tacha, con una atractiva presentación que integra espuma de leche ahumada y especiada, y un toque final de jalea de piloncillo que agrupa buena parte de los sabores representativos de la dulcería tradicional mexicana.
Una compacta carta de bebidas completa la oferta, con algunas opciones de cerveza, vinos (donde no pueden faltar etiquetas nacionales), coctelería de la casa y otra de corte clásico, como el negroni, los gustados carajillos o el mint julep.