Ubicado a una cuadra de Insurgentes Sur, este lugar ofrece a sus asistentes un brunch, comida, o cena donde no faltarán los antojitos, mole oaxaqueño, o sólo unos mezcales con botana.
Los años de ofrecerla —primero en Cuauhtémoc, hoy en Tlalpan— avalan el atractivo de la experiencia brindada por José Ángel Araujo y Luis Felipe Rojas, concebida para extranjeros deseosos de conocer la hospitalidad mexicana alrededor de la mesa aunque, en realidad, disponible para todo público.
Se encuentra al fondo de un callejón ubicado a una cuadra de Insurgentes Sur, donde los invitados terminan por instalarse en un comedor decorado con judas de cartón y otras artesanías (o puede ser en el patio trasero de la casa, entre plantas y árboles), para departir con los anfitriones y hasta con los gatos que tienen por mascotas y deambulan sin prejuicios por el lugar.
Los interesados pueden disfrutar un brunch, comida, o cena donde no faltarán los antojitos y el mole oaxaqueño, o sólo unos mezcales con botana (hasta pueden preparar un menú vegano para quienes lo soliciten). Se contacta a los encargados a través de sus redes sociales, con quienes acuerdan la experiencia a brindar. Participa hasta una quincena de comensales, con un costo por persona entre $600 y $800, aunque pueden ajustar presupuestos e, incluso, compartir platillos llevados por los asistentes.
La intimidad hogareña como ingrediente culinario.
Las festividades forman parte de los motivos de reunión en Tlalpan, igual para degustar unos tamales el Día de la Candelaria o un pan de muerto durante las festividades de noviembre, con el afán de mostrar las tradiciones gastronómicas mexicanas.