Abierta al público en general, forma parte de la casa del fallecido Guillermo Tovar y de Teresa, hoy convertida en museo.
Hasta 2013, el espacio ocupado por Tres Abejas funcionó como cochera del inmueble aledaño, aunque originalmente albergó carruajes tirados por caballos, como antaño todas las mansiones en la Roma. Su último ocupante, el fallecido Guillermo Tovar y de Teresa, la restauró para devolverle su esplendor, y hoy puede apreciarse como museo abierto al público.
A mediados de año terminaron de acondicionar el espacio de la cafetería, no sólo enfocada a los visitantes del recinto cultural sino a todo aquel que guste acudir desde la mañana, cuando puede desayunarse un croque monsieur, quiche lorraine o waffles con tocino y una bola de helado.
La carta de comidas es sencilla, pero permite hacer una comida en toda forma al contar con sopa de cebolla, ensalada de queso de cabra, bagel de salmón, albóndigas, sandwiches de pastrami o pollo al curry, por no hablar de las contundentes tortas de pollo empanizado, milanesa o chilaquiles, todo lo cual puede acompañarse de vino, cervezas artesanales, espumosos y hasta mimosas.
Su repostería abarca pasteles de zanahoria, chocolate, red velvet y variedades de almendra y chocolate sin harina, para pasar la tarde con los amigos o compañeros de escuela o trabajo, con un un café o té como los servidos en toda cafetería de barrio que se respete.
Recién extendieron los espacios de la cafetería hasta los salones y pasillos colindantes con el jardín interior de la casa-museo, donde se disfruta de uno de los rincones más hermosos de la colonia Roma, resguardado como una auténtica sorpresa oculta de la ciudad.
Desde finales de 2018, la última morada de Guillermo Tovar y de Teresa (1956-2013), con todos los muebles, antigüedades, pinturas, libros y documentos reunidos por el fallecido erudito y coleccionista mexicano, funciona como “sucursal” del Museo Soumaya. Sus horarios de visita son de lunes a domingo, de 10:00 a 17:00, y la entrada es libre.